CREER EN LAS hadas es creer en el poder de la imaginación, y otra vez los estudios Disney se atreven a demostrarlo con un filme en el mejor estilo de la fábula (moraleja incluida). Para esto, la factoría Disney se ha atrevido a retomar a Peter Pan, personaje siempre mágico, y ofrece una nueva aventura suya en dibujos animados: Peter Pan y el regreso al país de Nunca Jamás.
No hay duda, Peter Pan es uno de los personajes más queridos en la tradición Disney, y con él resultan inolvidables Wendy, Campanita y los Niños Perdidos, como también su archienemigo, tan cruel como cómico, el capitán Garfio (bucanero de mala estrella).
Peter Pan y el regreso al país de Nunca Jamás es -por supuesto- una secuela del clásico Peter Pan, de Walt Disney, de 1953, filme basado en la obra teatral del escocés James M. Barrie (1860-1937), con la historia del niño que no quería crecer. La obra de Barrie ha tenido diferentes versiones en el sétimo arte, desde el cine mudo (donde sobresale el filme dirigido por Herbert Brenon en 1924) hasta el reciente espectáculo visual filmado por Steven Spielberg en 1991: Hook.
Como secuela que es, esta nueva aventura de Peter Pan sucede cuando Wendy ha crecido, se ha casado y tiene dos hijos inquietos: Jane y Danny. Mientras Danny se deja seducir por los cuentos de su madre, Jane (de 12 años) se resiste a creer en ellos: no cree en polvos de hadas ni en tonterías como Peter Pan.
La guerra llega, el padre debe marcharse al frente y Wendy queda con sus hijos. En ese momento aparece el capitán Garfio para secuestrar a Wendy, pero -como es tan torpe- Garfio se lleva a Jane, quien llega (así) a la Tierra de Nunca Jamás.
Jane solo quiere regresar a su casa y se mantiene firme en no creer en las hadas, por lo que Campanita enferma de tristeza (su luz se apaga). El problema para Jane es que la única manera de regresar es volando, y para volar necesita creer en la imaginación y en el mundo de hadas que la rodea.
En medio de ese dilema sucede -como tiene que suceder- una aventura entretenida y con desenlace feliz, donde se enfrentan (¡de nuevo!) Peter Pan y el capitán Garfio. La pelea cuenta con la activa presencia de Jane, Campanita y los Niños Perdidos, amén de los tradicionales piratas de Garfio. ¡Ah! Habrá un invitado nuevo: se trata de un terco pulpo al que le gustan los capitanes bucaneros, pulpo que nos recuerda al cocodrilo de la primera película.
No hay duda: los estudios Disney se la juegan con su habilidad para dar encanto (incluso) a historias menores. Lo hacen con juego limpio. Así, la Tierra de Nunca Jamás resulta un país al que todos quisiéramos ir. Aquí está.