San José (Redacción). El felino que atacó un torete y ovejas en Caño Castilla, en Los Chiles de San Carlos, corresponde a un puma y no a un jaguar como se creyó al principio.
Así lo comprobó un equipo de investigadores del Programa Jaguar del Instituto de Conservación y Manejo de Vida Silvestre de la Universidad Nacional (ICOMVIS-UNA).
Ellos se trasladaron a la zona el pasado 22 de octubre y entrevistaron a los dos finqueros afectados.
Según Víctor Montalvo, uno de los investigadores, las presas presentaban mordidas en el cuello y su cráneo estaba intacto, lo cual es característico de un ataque perpetuado por un puma. De haber sido un jaguar, la mordida se hubiera ubicado en la nuca y el cráneo estaría fracturado.
Asimismo, la oveja se encontraba cubierta por hojas y palos que es una práctica común entre los pumas.
“Esto, en conjunto con las huella que encontramos, nos permiten decir que se trata de esta especie”, dijo Montalvo en conferencia de prensa.
Igualmente, las fincas afectadas se ubican a 5 km de un corredor biológico fronterizo y a unos 8 km de la Reserva Indio Maíz de Nicaragua.
“El problema de los ataques de felinos es un reflejo del choque entre la frontera agrícola y las áreas protegidas”, comentó Luis Diego Alfaro, coordinador del Programa Jaguar.
Los investigadores recomiendan a los finqueros tomar medidas para prevenir futuros ataques. “Los ataques se dieron a ocho ovejas, dos cabras y un torete, estos animales son presa fácil porque son pequeños, la recomendación es que las especies juveniles se ubiquen más cerca de los establos, así el felino tendrá menos posibilidades de ataque, y los animales más grandes pueden estar más lejos, ya que estos son más fuertes y tienen más experiencia para repeler el embate”, dijo Montalvo.
Para Alfaro, no es necesario capturar al animal. “Nuestra teoría es que en ciertos meses de época seca, el animal sale en busca de alimento, pero si los finqueros siguen las recomendaciones, los ataques disminuirán y el puma pronto volverá a su hábitat habitual”, señaló.