Roma. Italia rindió ayer un homenaje sentido y unánime al actor Alberto Sordi, fallecido el lunes por la noche en Roma a los 83 años de edad, saludando a su Albertone nazionale , magistral intérprete de las virtudes y los defectos del italiano medio.
El actor, autor y director, inmortalizado en más de 120 películas, falleció a consecuencia de una grave enfermedad, indicaron sus allegados.
Adorado por el público italiano por su admirable capacidad de encarnar al arquetipo del italiano medio, Sordi no había aparecido en público desde hace meses y no asistió a una retrospectiva-festival de sus películas organizada en Roma en diciembre pasado.
Según informaciones no confirmadas por su familia, habría fallecido a raíz de una broncopulmonía. Soltero empedernido, el actor fue atendido hasta el final por su hermana Amelia.
Un país de luto
La desaparición era llorada ayer por toda Italia, e innumerables personalidades culturales y políticas del país multiplicaban los homenajes al actor, considerado un "hito en la historia del cine italiano".
"Es un duelo familiar, un dolor inmenso", declaró Francesco Rutelli, dirigente político y exalcalde de Roma, ciudad natal del actor.
"Es una gran pérdida para la ciudad de Roma y para toda Italia", afirmó su adversario de derecha Antonio Tajani. "Sus diálogos no sólo servían para hacernos reir, sino también para hacernos reflexionar", agregó.
"¡Ciao Albertone nazionale! Con él se va un símbolo cinematográfico del italiano medio: simpático, idealista, hijo de mamá, pero también cínico y quizás un poco cobarde", dijo el dirigente democristiano Luca Volonte.
No bien fuera anunciada su muerte, una multitud de personas se fue agrupando frente el domicilio del actor, en la plaza Numa Pompilio, cerca de las termas de Caracalla. Una niña fue la primera en depositar un ramo de flores, rojas y amarillas, los colores del emblema del club de fútbol popular de Roma. El actual alcalde de Roma, Wálter Veltroni, llegó a la casa por la mañana, en compañía del director Ettore Scola, para dar el sentido pésame a la familia.
Los funerales de Sordi tendrán lugar hoy en la iglesia de los Artistas, y serán seguidos de una ceremonia en su memoria a las inmediaciones de la famosa Plaza del Pueblo.
Uno de los últimos monstruos sagrados del cine italiano, Sordi trabajó en medio siglo de carrera a las órdenes de los más grandes cineastas de su país, como Fellini, Monicelli, Comencini y Risi.
Nacido el 15 de junio de 1920, en Roma, de padres docentes, integró a los 10 años el coro de la Capilla Sixtina. Cuatro años más tarde ganó un concurso que lo llevó a doblar la voz de Oliver Hardy y empezó a hacer teatro y radio.
En 1951 inició su fulgurante carrera cinematográfica, con El jeque blanco de Federico Fellini. Siempre se negó a trabajar fuera de Italia. "Soy italiano y sólo hago personajes italianos, hombres que conozco y que puedo hacer conocer", decía.