pARÍS. dpa Y efe. El director francés Jean Delannoy, famoso en todo el mundo por la película Nuestra Señora de París , sobre el jorobado de Notre Dame, murió el miércoles a los 100 años en Guainville, a una hora al oeste de París, informó ayer la familia a los medios.
Delannoy recibió el Gran Premio del Festival de Cannes en 1946 por La sinfonía pastoral y fue autor de filmes realizados con artistas e intelectuales como Jean Cocteau, Anthony Quinn, Erich Von Stroheim y Jean-Paul Sartre.
Prolífico montador, guionista, dialoguista, adaptador y, ante todo, director de una treintena de películas, Delannoy inspiró su celebrada “Sinfonía pastoral” en la novela de título homónimo de André Gide.
La cinta le valió uno de los 11 Grandes Premios otorgados en la primera edición del Festival francés, y a su protagonista femenina, Michelle Morgan, el de mejor interpretación femenina.
Nuestra Señora de París, protagonizada por Quinn y Gina Lollobrigida, fue otra de sus grandes adaptaciones históricas y uno de sus éxitos más internacionales.
El presidente de Francia, Nicolas Sarkozy, elogió su trabajo como el de un “gran director” que consiguió reunir en “Notre Dame de París” a los más grandes actores de la época.
Durante la ocupación alemana filmó Macao, el infierno del juego (1939), interpretada por Erich Von Stroheim, una obra prohibida por el Gobierno de Vichy y las fuerzas nazis, que obligaron a que otro equipo la rehiciese.
Su primer gran triunfo fue en 1943, El eterno retorno, uno de los raros éxitos franceses bajo la ocupación alemana.
El actor Jean Marais, con el que volvió a trabajar en numerosas ocasiones, dio vida en él al mito wagneriano de Tristan e Isolda junto a Madeleine Sologne.
Previamente, Delannoy se había acercado al público francés con un filme ambientado en la época napoleónica, Un coronel del imperio (1942), interpretado como una llamada a la resistencia contra la ocupación nazi.
Terminada la Segunda Guerra Mundial, el filósofo Jean-Paul Sartre firmó el guión de otro de sus filmes más famosos, Les jeux sont faits (Las apuestas están casadas) (1947), sobre el amor de un hombre y una mujer más allá de la muerte.
Los artistas de la Nouvelle Vague francesa, en particular François Truffaut, eran muy críticos con su arte, lo que no impidió a Delannoy continuar su carrera con películas como María Antonieta, reina de Francia (1956), Venus imperial (1962), Los sultanes (1966) o El imperio de los canallas (1967).