Washington (dpa). Sin Karl Rove sería imposible imaginar a George W. Bush como presidente. La carrera política del texano está estrechamente ligada con la de su más cercano asesor hace casi 30 años.
Bush saludó a Rove como "el arquitecto de nuestra victoria" después de su reelección en 2004. El ex consejero presidencial John Dilulio lo consideró "el consejero más poderoso en la Casa Blanca en la historia moderna de Estados Unidos".
A Rove se atribuye el éxito de Bush en la conquista de la gobernación de Texas y de la presidencia. La victoria tiene muchos padres, "pero el triunfo de Bush tiene sobre todo un nombre: Karl Rove", escribió el diario "The New York Times" en 2004. Los republicanos adoran a este hombre de 56 años, al que califican de "genio estratégico". Los demócratas y buena parte de la prensa lo rechazan como "Rasputín" o "eminencia gris".
Rove fue siempre "el cerebro de Bush", y bajo ese título aparecieron en 2004 un libro y una película. "Bush es un político de instinto, Rove es la inspiración y la estrategia", según el autor de ambas obras, Wayne Slater. "El gurú electoral más astuto de su generación", según el "New York Times". Rove es además dueño de un récord absoluto en la historia política de su país: ganó 35 de las 42 campañas en las que participó.
En 2004 consiguió que los estadounidenses reeligieran a George Bush a pesar de la impopular guerra en Irak y el inoportuno escándalo de maltratos en la cárcel de Abu Ghoreib. El candidato demócrata John Kerry fue difamado como un liberal de izquierda con un dudoso pasado militar en Vietnam. La estrategia de Rove se concentró en la mayoría conservadora de los votantes, a los que se ganó forzando un debate de valores en torno al aborto, el matrimonio homosexual y la investigación con células madre.
Sólo el vicepresidente Dick Cheney despierta un rechazo, si no odio, similar entre los demócratas. La portavoz de la Casa Blanca Dana Perino se quejó de que cada vez que se menciona el nombre de Rove comienza el fuego cruzado, "haya razón para ello o no".
Karl Christian Rove está casado en segundas nupcias y tiene un hijo. Nacido el 25 de diciembre de 1950 en Denver, estado de Colorado, participó en campañas electorales desde sus tiempos de escolar, cuando fue portavoz de su clase. Sin concluir sus estudios de ciencia política, se unió al Partido Republicano, para el que, siendo un hombre muy joven, se inscribió con un nombre falso en el cuartel de campaña demócrata.