Kathryn Arbenz Alpízar se sabe una mujer bella: no le hace falta que la gente se lo diga. Sin embargo, eso no impide que la joven que adorna por igual fondos de pantalla de oficinistas que paredes de taller mecánico insista en su deseo de ser vista como alguien común, aunque para nada corriente.
Al igual que muchas personalidades extraídas de la farándula costarricense, Arbenz habla con añoranza de una “normalidad” que, irónicamente, ella misma dejó atrás desde el momento en que empezó a coleccionar concursos de belleza, apariciones en anuncios y portadas de revista. Levantarse en la mañana y ponerse lo primero que se encuentre para ir a la pulpería es un placer mundano que no se permite, a sabiendas de que el ojo público no les perdona a los de su especie el mostrarse fuera de la casa con la cara lavada, pelo de loca y una camiseta vieja.
Hasta el miércoles pasado, su rostro era uno de los símbolos de
El programa de chismes y bailes “arratados” ha ido perdiendo a sus presentadores originales, de los cuales solo quedaban Arbenz y la colombiana Johana Ortiz. Ahora, con la carta de renuncia aún fresca, Kathryn se cuida de lo que dice sobre
Arbenz echa mano de un discurso conciliador para explicar su salida de Repretel, aduciendo que sus recientes ocupaciones en otras áreas necesitan más atención. Además, se confiesa creyente, tanto de Dios como de que la vida está llena de ciclos... y el ciclo como
Si bien se dio a conocer como modelo y en algún momento se definió como presentadora de televisión –tarea que sigue ejerciendo en el canal de turismo DestinosTV Internacional–, hoy Kathryn Arbenz prefiere verse como empresaria: con ella como insignia funcionan ya dos tiendas AK Studio, producto de la sociedad que hizo con su mejor amiga, la abogada Ana Morales.
Días atrás, sentada en un café cerca de La Sabana, la nieta del expresidente guatemalteco Jacobo Arbenz repasó una carrera desarrollada a la vista y paciencia de todo un país, una carrera en la que sus cambios de pareja sentimental, errores y aciertos han sido materia prima de los periodistas de las páginas rosa.
--¿Es intrusa?
--No, para nada. Soy curiosa pero no intrusa. En este país la gente ve un choque y para el carro, pero yo prefiero seguir, a no ser que alguien ocupe ayuda.
--¿Está consciente de que mucha gente tiene una opinión desfavorable de
--Sé que hay un sector que no comparte para nada el programa ni a la gente que está ahí... vamos todos en el mismo saco.
--¿Y es eso justo?
--No pero la gente es libre de pensar lo que quiera. Estoy consciente de que estaba en un programa que genera polémica.
--Muchas veces usted y sus compañeros de panel han criticado el trabajo de periodistas de otros medios. ¿Se siente en capacidad de valorar el trabajo de otros comunicadores?
--Yo no estudié periodismo, sino relaciones internacionales, y lo que sé de periodismo lo he aprendido en la práctica. En esto he tratado de tener cautela y sé que no debería estar juzgando el trabajo periodístico de nadie, mas tampoco me pareció correcto que periodistas graduados me juzgaran de la forma tan vacía, sin contenido y absurda como lo hicieron algunos cuando el canal me mandó al Mundial de Sudáfrica.
Su trabajo en la cita futbolística planetaria fue el bautizo de fuego para Arbenz. Repretel la envió a reportear distintos aspectos del Mundial y, a pesar de carecer de formación académica en periodismo, asegura estar satisfecha con el trabajo que hizo. Durante 45 días, la presentadora recorrió distintos puntos de aquel país, mostrando aspectos variados de su cultura y sociedad.
Quizá porque en la lejanía africana logró sobrepasar sus propias expectativas, Kathryn se muestra dolida al recordar que por acá hubo columnistas que le dieron más importancia al calzado con el que salía en cámaras que al material que reporteó. “Eso no quiere decir que no esté abierta a las críticas, siempre que sean constructivas. Nadie es perfecto y uno necesita las críticas; ayudan a pulirse”.
De aquella aventura africana acá lo que más trascendió fue el desafortunado encuentro que ella y su compañera Johana Ortiz tuvieron con un equipo de televisión argentina, en las afueras de la casa alquilada por el astro Lionel Messi, y que les valió protagonizar un video viral y el epíteto de “botineras”. “Eso fue una tontera. Mi error fue no tomarme a esos argentinos en serio pues andaban con una cámara de juguete y se expresaban de un modo tan corriente que cuando me entrevistaron empecé a vacilar, en joda, sin pensar en todo lo que iba a pasar después... ¡fatal!”.
A sus 29 años, Kathryn tiene cinco de vivir por su cuenta, ejerciendo una independencia que defiende con uñas y dientes. Aún así, se siente siempre cerca de los suyos, con sangre chapina, salvadoreña, suiza y tica revuelta en sus venas.
“Mi héroe”, dice cuando se le pregunta por su abuelo el expresidente, cuya familia, tras salir exiliada de Guatemala, echó raíces en Tiquicia, tierra donde hoy la nieta de aquel exmandatario es un rostro de dominio público.
Sus inicios los dio –como muchas mujeres de la televisión– en el modelaje, haciendo anuncios una vez que se quitó los frenillos. Luego vino su participación en el finado certamen Tica Linda de 1999, en el cual ganó ... experiencia.
“En el 2002 participé en Piel Dorada y lo gané y creo que fue ahí cuando empecé a figurar más. Desde el inicio busqué diferenciarme dentro del modelaje porque soy perfeccionista, quise marcar un estilo y hacer las cosas con gusto”.
--¿Es cierto que es una mujer de carácter fuerte?
--“No pero no creo en las injusticias y me defiendo. Hay gente que ha querido crearme una fama de peleona que no es cierta. Aún así hubo escandalillos que erosionaron un poco mi imagen”.
Esos “escandalillos” son dos casos puntuales, de pleitos que dice no haber provocado con colegas presentadoras y que fueron tierra fértil para los chismes faranduleros. De hecho, tras esos episodios, Arbenz se cuida aún más del ambiente de fiesteros que roban cámara y son “amigos” de todo el mundo.
“El medio es vacío, superficial, materialista y esa es una realidad que todo el mundo sabe. Lo conozco tanto y he visto tantas cosas que quiero correr para el lado opuesto: yo estoy en él pero no soy de él. A mis amigos los cuento con una mano y no son del medio de farándula”.
--¿Se siente raro el saberse decorando las computadoras y paredes de muchos hombres?
--No pienso en eso, a pesar de que mi imagen siempre ha sido sensual. Cuando saqué el calendario una amiga me molestaba preguntándome si sabía lo que muchos hombres harían con esas fotos pero a mí se me olvida cómo la gente lo ve a uno, pues soy igual a todo el mundo y me siento así”.
--¿Y qué piensa de que sus fotos desnuda pasaran de mano en mano, de correo en correo (una sesión de desnudos suya fue divulgada sin su autorización en la ‘web’)?
--Me dio cólera porque esas imágenes no estaban hechas para que la gente las viera, eran pruebas para mi calendario, justo para que en las fotos definitivas no se viera un pezón ni nada que no quisiera enseñar. Me molestó pero no puedo hacer nada, si las tienen, las tienen.
--¿Es más cauta ahora en las sesiones de fotos?
--Sí, ahora cuido más mis fotos que quedan en manos de otros. Yo soy mi propio representante y tengo que velar por mi imagen y no es por jugar de viva, por ser pedante o por dármelas de diva.
--¿En qué terminos se va de Repretel?, ¿se ve en otro programa?
--Me voy bien: Repretel me dio la mano y siempre se los agradeceré pero las cosas tienen su orden de prioridad y tengo proyectos caminando, mis sueños, y ahí tengo la mira. Además, sigo en televisión con mi trabajo en
--¿Ya se acostumbró a que sus relaciones de pareja sean de dominio público (ha tenido noviazgos con el modelo Bernie Granados, el cantante Balerom y actualmente está con su excompañero de
--Las relaciones son complejas y doblemente complicadas cuando todo el país opina. En el pasado me ocurrió que alguna gente, para hacerme daño, se metía con mi pareja...
--¿Su noviazgo actual con Garro es real o algo inventado para generar noticia en
--Es válido que la gente piense eso porque ha sucedido en otros programas pero en este caso es real. Gabriel y yo tenemos nuestra historia desde el 2008.
--¿Y puede tener un noviazgo normal, ir al cine como todos los demás?
--Soy tan reservada que prefiero ver una película en mi casa, en mi espacio. Me encanta la gente pero muchas personas creen que como uno sale en tele, entonces duerme maquillada y con tacones. A veces uno solo quiere hacerse una cola y andar en chancletas.
--¿Se siente siempre presionada para andar bien presentada?
--Algo, porque la gente siempre está pendiente de cómo se ve uno, incluso antes de que entrara a
--¿No es irónico el forjarse una carrera para dejar de ser del montón y luego añorar precisamente esa “normalidad” que brinda el anonimato?
--Sí, es irónico pero estoy aquí y es lo que me pasa.