Washington, 10 nov (EFE).- La apnea del sueño duplica los riesgos de muerte y de crisis cardiaca, según un estudio publicado hoy por el "New England Journal of Medicine (NEJM)".
El riesgo es, además, triple para aquellos que sufren la forma extrema de la apnea (o interrupción de la respiración), informó el equipo de la Universidad de Yale (Connecticut) responsable del estudio.
"El síndrome de la apnea del sueño aumenta significativamente el riesgo de ataque o fallecimiento por cualquier causa, y como factor de riesgo es independiente de otros conocidos como la hipertensión arterial", según el informe.
La causa más típica de esta enfermedad es la obstrucción parcial o total del flujo del aire respirado debida a una relajación excesiva de los músculos que rodean la garganta y la lengua.
Los científicos de Yale, de muy diversas áreas de medicina, investigaron a 1.022 personas mayores de 50 años, 697 (68 por ciento) de los cuales dieron positivo en el test de apnea.
Los resultados arrojan serias dudas sobre la eficacia de los tratamientos actuales, la mayoría de los cuales apunta a mantener abiertas las vías respiratorias durante el sueño ayudándose de un dispositivo.
Uno de cada cuatro estadounidenses, común entre los hombres y entre los obesos, sufren de algún tipo de apnea, según el NEJM.
El sueño de los afectados se ve interrumpido por obstrucciones de la garganta que cortan la respiración por intervalos de 10 a 30 segundos y hacen que los niveles de oxígeno caigan de manera dramática.
La somnolencia excesiva durante el día es uno de los síntomas de esta enfermedad.
A la larga, la mala calidad del sueño, aseguran los expertos, afecta a la capacidad intelectual y al rendimiento y puede ser causa de accidentes laborales y de circulación.
Sin embargo, la apnea del sueño tiene una repercusión pública muy reducida.
Un estudio previo sobre la apnea que publicó el NEJM hace unos meses concluyó que los diagnosticados con la apnea del sueño tenían más posibilidades de morir de un ataque al corazón durante la noche y no durante el día, cuando la vulnerabilidad es más alta.
La mayoría de los ataques al corazón en Estados Unidos suceden durante las horas del alba a mediodía.
Sin embargo los pacientes con apnea, marcados por la tendencia a roncar, parar de respirar y después sobresaltarse, contradicen la pauta. EFE
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