Madrid . El matrimonio entre Ana Aznar y Alejandro Agag, que se celebró ayer en España, se convirtió en la boda del año de ese país europeo.
Cuando falta poco más de un año y medio para que su padre, José María Aznar, abandone el poder que ocupa desde 1996, la boda de Ana pasó a la historia como un enlace de similar nivel al de las infantas Elena y Cristina, hijas de los reyes de España, Don Juan Carlos y Doña Sofía.
Y es que la ceremonia se realizó en presencia de unos 1.100 invitados, muchos de ellos famosos o destacados en el mundo de la política internacional.
De hecho, la lista de asistentes la encabezaron los mismos Don Juan Carlos y Doña Sofía. También, varios líderes liberales europeos se dieron cita en Madrid.
Historia de amor
La juventud de la contrayente y el escaso tiempo de noviazgo despertaron cierta curiosidad entre la opinión pública: Ana tiene 20 años y su novio 31.
Además, la pareja se conoció en 1996 pero comenzó el idilio hace menos de un año y medio.
La petición de mano tuvo lugar, a principios de julio, en el palacio de La Moncloa. En esa ocasión, el novio entregó a la joven única hija mujer de Aznar un anillo de compromiso que compró en una célebre joyería parisina, por la suma de 12.000 euros más de cuatro millones de colones.
Ella cursa el tercer año de la carrera de psicología y él es asesor, con rango de director, en el Banco Portugués de Negocios (BPN), vinculado al Partido Socialdemócrata (PSD, derecha), de Durao Barroso.
En su fulgurante ascensión al poder, el joven Agag fue secretario general del Partido Popular Europeo y, antes, ayudante de su ahora suegro, en La Moncloa, sede del Gobierno español.
La ceremonia, que se celebró en la Basílica del Monasterio de El Escorial construida en el siglo XVI para albergar el panteón real en su capilla fue oficiada por el presidente de la Conferencia Episcopal y cardenal arzobispo de Madrid, Antonio María Rouco Varela.
Según las revistas del corazón, el vestido que Ana lució anoche lo diseñó una costurera española, Avy Gemes, la preferida de mamá, Ana Botella.
La fiesta se realizó en una finca ubicada frente al Valle de los Caídos, que alberga un palacete neobizantino, con un salón interior de 525 metros cuadrados y tres patios que superan los ochocientos metros cuadrados.
Así, mientras esperan que llegue el día cuando se case el Príncipe de Asturias y heredero del trono Felipe de Borbón y Grecia, los españoles deberán conformarse con la boda Aznar-Agag, que tiene el mérito de ser la primera de relevancia pública que se realiza, en el siglo XXI, en España.