La dama del silencio

Es solamente una dama del silencio capaz de demostrar que el estrés que le agobia no es más que un fantasma de la modernidad; que la prisa endemoniada en la que nos debatimos cotidianamente es un velo espeso que nos impide descubrir que somos bendecidos por tantas cosas que no apreciamos porque, según expresa, "nos han anestesiado a la abundancia de cada momento".

King es una experta en el arte de la respiración. Su casa es un remanso de quietud, al borde de una colina en las alturas de Tarbaca de Aserrí, a media hora del centro de San José. Su número telefónico, el 230-2926, para que usted la llame y reciba una sesión de respiración natural y compruebe por sí mismo que aspirar el aire puro y oxigenar el organismo es un ritual maravilloso.

Nacida en Inglaterra, de madre costarricense, radica desde hace siete años en nuestro país. Sus métodos son efectivos porque conducen a la persona paso a paso, hasta el despertar de la respiración. "Usted puede comprobar esa sensación maravillosa de recibir la vida, los efectos restauradores de un milagro cotidiano", asegura.

"Si el ser humano respira como debe ser, está en el mundo presente; en el ahora, no en el ayer ni en el mañana. Si lo hace bien le comunica al subconsciente que quiere vivir con amplitud, conscientemente, profundamente".

Francesca King combate la ceguera espiritual.

"Vivimos con tanta abundancia y, sin embargo, nos pasamos quejando de nuestra pobreza, porque nos cortamos la posibilidad de sentir gratitud", asevera.

"Nos consume la percepción errada de que la solución a los problemas está en el mundo exterior y no dentro de nosotros".

"Esa es la tragedia de la condición humana, la causa de no vivir el aquí y el ahora, por la falta de mirar hacia dentro y despertar de la auto hipnosis".

"¿Y cómo mirar hacia adentro? Existen técnicas para hacerlo pero, atención, que el problema con las técnicas es que nos fijamos demasiado en ellas sin comprender su verdadera utilidad, porque son un fin y no un medio", dice.

Juzga que lo que pasa con las técnicas mal entendidas es que se repara demasiado en ellas, como el dedo que señala la luna y la persona no ve más allá del dedo.

"Si por el contrario, las técnicas se miran como lo que son; es decir, herramientas, se vuelven muy útiles. Cada cual debe buscar la apropiada y, por lo general, las más eficaces son las más simples", explica Francesca.

"Respirar es inherente al ser humano y tiene múltiples ventajas, si se hace bien. Yo solo despierto en los demás la conciencia de que lo que se ha hecho toda la vida es cuestión de aplicarlo con vigor y entusiasmo".

"Es abrir esa ventana interior que te lleva al silencio, para disfrutar el lujo de la vida consciente, sin añadir ni quitar".