En cierto modo, la avenida de las Damas surgió del agua. El origen de esta calle-bulevar, emblemática de San José, se vincula a la inauguración de los tanques de la cañería del barrio Aranjuez en 1867. Ya instalados esos tanques, la Municipalidad decidió crear un paseo público sobre la vía que conducía a los recipientes de agua potable: “Un paseo público a aquel lugar, al cual concurrirá la Municipalidad en cuerpo”.
Sin embargo, lo que promovió el crecimiento de esa parte de la ciudad fue la construcción de la estación del Ferrocarril al Atlántico (1890) y la plaza de la Estación, posteriormente rebautizada “parque Nacional”, por lo que a la vía se la llamó la calle de la Estación.
Eje y ejemplo. La zona representó uno de los primeros ensanches de la ciudad de 1870, que rompieron la cuadrícula urbana colonial. Fue el inicio de una nueva forma de asentamiento, y fue el eje de la transformación de la San José de finales del siglo XIX e inicios del XX.
Se creó así un eje de parques en el nordeste, que se inició en el Morazán y terminó en el Nacional, unidos por la avenida de las Damas. Esta era la puerta de entrada a la ciudad y el espacio público de mayor importancia en las primeras décadas del siglo XX.
Una nueva concepción urbanística e ideológica se materializó en los parques y en los monumentos instalados en ellos. Los parques higienizaron, embellecieron y crearon un nuevo espacio de sociabilidad. Los parques y los monumentos también fueron espacios para la educación y el civismo pues en ellos se fomentaron los nuevos valores nacionales que las elites gobernantes intentaban inculcar en todos los costarricenses.
Este nuevo eje de comunicación empezó a desplazar la importancia simbólica del espacio público del parque Central (antiguo centro de poder) a esta zona durante el período liberal (fines del siglo XIX). El nordeste fue el escaparate de la modernidad.
Aunque fue y es una angosta calle, se la rebautizó como “avenida de las Damas”, nombre más acorde con el status de bulevar que se le quería dar. Se la llamó así debido los árboles de damas ( Citharexylum caudatum ) plantados a lo largo de la calle en 1895. También se la llama “avenida de los Damas” (por los árboles).
Simultáneamente, fue el paseo burgués por excelencia en las primeras décadas del siglo XX, la calle para verse y ser visto en San José.
El paseo fue precursor en la instalación, a partir de esta avenida, de los más importantes servicios públicos modernos: agua, electricidad y pavimentación con asfalto).
Al mismo tiempo, la avenida de las Damas ha tenido relevancia en la vida política, como lo captó Manuel Gómez Miralles en la fotografía de la llegada de las tropas del “Batallón de la Muerte”, enviado a la frontera a raíz del conflicto con Panamá en 1921. Las tropas desfilaron por la avenida arborizada, junto con una banda militar: momento de júbilo por la declaración del armisticio del 6 de marzo de 1921.
Casa errante. El asentamiento de la elite en los alrededores de esta calle, comenzó a fines de 1870 con la construcción de la vivienda del dictador liberal Tomás Guardia (promotor del ferrocarril al mar Caribe). Su casa se usó después para albergar las oficinas centrales de la United Fruit Company, y por algunos años fue la Casa Presidencial.
Se construyeron allí otros edificios educativos, como el religioso Colegio de Sion, y el Edificio Metálico al final de la vía.
La idea de agrupar un centro cívico nacional en esta parte de San José comenzó a gestarse a fines del siglo XIX como parte de la reorganización de poder en la ciudad, realizada por los liberales, iniciativa consolidada a lo largo del siglo XX.
En la década de 1910, la Casa Presidencial fue el Castillo Azul (en el sector sur del parque Nacional, hoy parte del complejo de edificios de la Asamblea Legislativa).
En 1939, al sureste del parque Nacional se construyó la Asamblea Legislativa. En la década de 1960 nuevamente se volvió a ubicar la Casa Presidencial, esta vez en el lugar originario de la casa de Tomás Guardia, en un nuevo edificio (demolido a finales de 1970). En ese mismo sitio, en 1990, se levantó el Tribunal Supremo de Elecciones.
Una rápida mirada desde el origen de esta parte de la ciudad hasta hoy, deja patente el legado de la ciudad moderna en la reconfiguración del espacio de poder en San José.
Acupunturas. El arquitecto y urbanista brasileño Jaime Lerner plantea que pueden hacerse mejoras rápidas en puntos concretos de una ciudad: lo que él ha definido como “acupuntura urbana”.
Para ello, Lerner recomienda poner un museo en una zona degradada, “peatonizar” un eje y construir un teatro en una vieja cantera o fábrica (como la antigua FANAL, convertida en Ministerio de la Cultura, teatros y museos).
Siguiendo esas ideas, el más emblemático y reciente ejemplo de acupuntura urbana es el Centro Cultural para las Artes y la Tecnología La Aduana. El Centro muestra que es posible renovar y no sólo derrumbar el patrimonio arquitectónico en San José, y con maravillosos resultados.
Para Lerner, una buena acupuntura también invita a la gente a la calle y crea puntos de encuentro. Una ciudad tendrá tanta vida cuanto logre integrar funciones y clases sociales, opina Lerner. Son básicos el diseño, la renovación y la recuperación del espacio público.
Precisamente, la avenida de las Damas es un eje central del ambiente público josefino que hoy –en los albores del siglo XXI– se remoza y vuelve a ser el escenario de encuentros culturales, como el Festival Internacional de las Artes.
La avenida de las Damas se convierte en la columna vertebral de un eje que puede motivar otras acupunturas urbanas.
Ejemplos son el plan de renovación del barrio Escalante propuesto por la Asociación de Vecinos (Asvebes XXI) y la Municipalidad de San José, y otros futuros proyectos de renovación en la zona histórico-patrimonial de sus alrededores, formadas por los barrios Amón, Otoya y Aranjuez.
Estas y otras acciones darán relevancia al deteriorado y privatizado espacio público de nuestra capital para que la avenida que “nació” del agua siga fluyendo como un curso de modernidad.
LA AUTORA ES HISTORIADORA; HA PUBLICADO EL LIBRO EN EL BARRIO AMÓN: ARQUITECTURA, FAMILIA Y SOCIABILIDAD DEL PRIMER RESIDENCIAL DE LA ELITE URBANA JOSEFINA. ESTE ARTÍCULO ES PARTE DE LA INVESTIGACIÓN LA MODERNIZACIÓN ENTRE CAFETALES: SAN JOSÉ, 1880-1930 , QUE LA EUCR PUBLICARÁ.