NUEVA YORK (AFP) - Cachemira tratada, 'stretch' bi-dirección o 'broderie' inglesa en prendas de lana: en Nueva York, los creadores de vestimenta 'pret-a-porter' y compradores para las marcas de moda descubrieron las grandes tendencias de los tejidos para las colecciones del invierno 2008-2009.
En un edificio de Chelsea, barrio de galerías de arte y "sendero" de Manhattan, una multitud de treintañeros elegantes recorre los stands de tejidos, donde palpa, sopesa y acaricia 'tweeds' y encajes.
Aquí japoneses se extasían frente a un naranja profundo y aterciopelado, más allá un comprador prueba la caída de un 'jersey' y toma notas.
Première Vision, el salón profesional parisino, viaja a Nueva York desde hace siete años "ya que al sector estadounidense de la moda le gusta anticiparse un poco para preparar sus colecciones", explica su presidente Philippe Pasquet. "El miércoles y el jueves vieron una parte de la colección que presentamos en París en setiembre".
No son todos -130 expositores, contra 750 en París- ya que muchos fabricantes todavía están en plena producción.
Los compradores de las cadenas Ann Taylor, J.Crew o Liz Claiborne se codean con nombres como Ralph Lauren, Zac Posen o Catherine Malandrino. Cada uno busca el tejido idóneo para una producción en grandes volúmenes o aquel que inspirará una pieza maestra, elogiada por las redactoras de moda, esas que encarrilarán el deseo -y la compra- de miles de mujeres.
Según Pasquet, "es difícil dar una idea del tamaño de las compras concretadas en el salón, ya que va desde marcas que pueden administrar presupuestos de 200 millones de dólares hasta 'pret-a-porter', que produce en pequeñas cantidades textiles con mucho valor agregado".
Según él, el euro fuerte no afecta a los fabricantes europeos en el mercado estadounidense: "El nicho de mercado de nuestro salón son tejidos que se desmarcan de la oferta de los países que producen textiles a precios bajos", explicó.
Aplicada a la moda, la globalización permite también a un comprador pagar mucho por un tejido raro con trama compleja y reducir los costos de producción encargando metros de forro en China o realizando la confección en países de bajo costo.
Aunque los sueños no tienen precio, el lujo también tiene un presupuesto.
"El creador no está en una torre de marfil. Se trabaja con otros equipos como el de marketing, y nos fijamos en los precios", indicó Hervé Pierre, un francés que trabajó en las casas Lanvin y Balmain antes de ser actualmente director de creación de Carolina Herrera.
"Pero si el tejido es realmente increíble y muy caro, voy a hacer que sea posible" tenerlo, admitió.
Los creadores son discretos sobre sus hallazgos y visión de las tendencias para las próximas temporadas.
"Para los tejidos, presiento algo brutal para el invierno 2008", termina develando Pierre, evocando materiales nobles trabajados para obtener un final crudo "inesperado".
¿Sus hallazgos en el salón? "Una cachemira doble faz a la cual los 'magos' de los textiles hicieron sufrir los peores tratamientos, el pelo se fue y queda una trama desnuda, marcada por motivos casi geométricos", contó.
© 2007 AFP