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La muerte de "Supermán" aviva el debate sobre las células madre

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Por Teresa Bouza

Washington, 12 oct (EFE).- La muerte del actor Christopher Reeve, un defensor de la investigación con células madre desde que un accidente lo dejó confinado a una silla de ruedas, promete reavivar el debate sobre un tema que divide a republicanos y demócratas.

"Quiero que vuelva a andar" dijo el viernes John Kerry poco antes de la muerte del actor, durante el segundo debate presidencial y en referencia a Reeve, a quien definió como "mi amigo" y cuyo ejemplo utilizó para defender la investigación con células embrionarias a la que se opone el gobernante Partido Republicano.

Reeve dejó el sábado un "largo mensaje telefónico" al demócrata Kerry, pocas horas antes de que una infección le provocara un paro cardíaco tras el que entró en un coma irreversible.

"Se podía palpar el entusiasmo en su voz y estaba emocionado con la relevancia alcanzada por el debate sobre células madre", apuntó Kerry en referencia al mensaje.

Bush prohibió hace tres años la utilización de fondos adicionales para financiar la creación de nuevas colonias de células madre. Los expertos apuntan a que su decisión ha frenado el avance científico en un campo que podría ayudar a encontrar la cura a enfermedades como el Alzheimer.

Incluso así, el hecho de que las células madre provengan de embriones humanos, ha llevado a los grupos religiosos estadounidenses a oponerse rotundamente a su uso.

Reeve consideraba la oposición de los republicanos "una violación de la separación entre Iglesia y Estado en el debate sobre qué hacer con esta tecnología emergente". El actor comparó en varias ocasiones esa postura con la negativa de los testigos de Jehová a aceptar transfusiones sanguíneas.

Reeve, que encarnó a "Supermán" en la mítica serie que comenzó en 1978, confiaba ciegamente en una tecnología que, creía, podría ayudar a superar las limitaciones de la condición humana.

Curiosamente, el personaje de Supermán que lo llevó a la fama ha sobrevivido al paso del tiempo porque consiguió trascender esas limitaciones. El "hombre de acero" que Reeve interpretó es inmune a las balas y está libre de las ataduras de la gravedad y el paso del tiempo.

El mito de Supermán contrasta brutalmente con el destino que le tocó vivir a Reeve, quien quedó totalmente paralizado al caer de su caballo en 1995. El actor aseguró que tras el accidente se convirtió en prisionero de un cuerpo que ya no respondía a su indomable espíritu.

En unas controvertidas declaraciones hace dos años, tres semanas antes de su 50 aniversario, Reeve afirmó que volvería a andar para su cumpleaños.

Pese al escaso progreso en la lucha con su enfermedad, el actor protagonizó una incansable batalla desde su silla de ruedas.

Durante los últimos años, trató de convencer a los legisladores de los distintos estados para que aprobasen leyes a favor de la investigación embrionaria sin tener en cuenta la postura oficial de la Casa Blanca.

"Quiero que las cosas vayan rápido", afirmó recientemente. "No quiero salir de esta silla de ruedas cuando tenga 75 años... No estoy dispuesto a resignarme a abogar por una investigación que beneficiará a otros cuando yo ya me haya muerto. No soy tan noble".

La muerte de Reeve echa más leña al fuego en un ya acalorado debate que alcanzó su punto álgido en junio cuando Nancy Reagan aseguró que respaldaba el apoyo gubernamental a la investigación con células madre. El respaldo de varios legisladores republicanos pone a Bush en una situación aún más complicada.

El presidente estadounidense asegura que respalda la investigación con las células ya existentes, pero el consenso de la comunidad científica apunta a que esas células están demasiado contaminadas y no son útiles.

Los detractores de la investigación con células madre afirman que la clonación con fines terapéuticos podría llevar a la clonación con fines reproductivos.

"Se habla a menudo de que éste es un terreno resbaladizo", aseguró Reeve hace unos meses en una entrevista con el diario británico "The Guardian", a lo que añadió, "cuando se rebajó la edad legal para votar de 21 a 18 años, no siguió reduciéndose hasta los 12 años. Se frenó en los 18". EFE

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