Han pasado casi 12 años desde aquella tarde decembrina cuando Ottón Solís anunció en La Sabana, San José, el nacimiento de su Partido Acción Ciudadana (PAC) con la meta de convertirlo en la “primera opción política del país”.
Lo llevó de la mano a tres procesos electorales, lo educó a su imagen y semejanza, y lo hizo fuerte hasta convertirlo en la segunda opción política, pero los años pasaron y ahora llegó otra etapa.
Aquella organización obediente está a las puertas de la adolescencia y lo manifiesta con rebeldía. Ya Solís dejó de dar la última palabra y más bien se queja de que no lo dejan hablar en las asambleas.
A los 12 años, el PAC, aquella fuerza que casi arrebata la presidencia a Óscar Arias en el 2006, es un partido en crisis, convulso, con dilemas de identidad ideológica y palabras altisonantes.
“Papá Ottón” es solo una voz que intenta hacerse oír entre otras fuerzas crecientes, deseosas de demostrar que el Partido ya está grande, no necesita chaperón y puede hacerse amigo de otros partidos sin tener que pedir permiso.
Ese dilema tiene al PAC en conflicto, partido en dos como su propia fracción legislativa, en la que cinco diputados defienden a capa y espada la tradición “ottonista” y los otros seis quieren conducir a la agrupación por otros caminos.
En este segundo bloque resalta Juan Carlos Mendoza, cuya gestión como presidente de la Asamblea Legislativa, su aspiración electoral y su cercanía con algunos sectores le permiten tener parlante para enfrentarse al fundador. Lleva varios meses discutiendo en indirectas con el exdiputado y exministro Solís, pero ya disimula poco.
“Tiene una conducta antidemocrática”, dijo el precandidato sobre Solís, quien hace pocos días manifestó en la emisora ADN 90.7 F.M. que hay “una mayoría que tiene al partido enfermo”.
Esa mayoría que lo adversa fue evidente en la asamblea del sábado antepasado, alarmada desde la mañana tras conocer la denuncia del TSE contra el PAC ante el Ministerio Público por las finanzas de la campaña pasada. Solís mencionó la posibilidad de que el PAC desistiera de participar en los comicios del 2014 y los ánimos se alteraron.
“No comprenden la dificultad en que estamos”, escribió después Solís para justificar una propuesta considerada por Mendoza como “un irrespeto”.
“(Los asambleístas) la rechazaron (la idea) porque el PAC es más grande que una persona”, escribió Mendoza el martes. Él recorre el país desde hace meses para animar a gente a apoyar su tendencia y tratar de consolidar su influencia sobre la nueva integración de la Asamblea Nacional, que debe estar lista en menos de tres meses.
Minoría en casa propia. La asambleísta Martha Zamora, cercana a Solís, apenas pudo enumerar 11 nombres más de su grupo, dentro de una Asamblea Nacional de más de 80 personas.
Así es difícil que la Asamblea, máxima autoridad del partido, acepte reunirse de nuevo para analizar mociones que pretenden los diputados ottonistas, como lo pidieron ellos esta semana.
Ellos lo plantearon al Comité Ejecutivo, pero la respuesta fue “no”. La razón es que solo mediante gestión del 25% de los asambleístas se puede convocar una nueva reunión, según la secretaria general, Margarita Bolaños.
Para Manrique Oviedo, uno de los legisladores ottonistas, esto no fue ninguna sorpresa. “Era esperable sabiendo que ahí está esa señora (Bolaños), que salió de Vanguardia Popular para meterse al PAC”, respondió Oviedo, en línea con los señalamientos de Solís sobre la creciente influencia de izquierda.
Esta observación la hizo desde el 2009 Alberto Cañas. “Hay chavistas” expresó entonces el hombre a quien esta semana Solís rogó quedarse en el PAC tras su anuncio de renuncia. Cañas es un símbolo fundacional del PAC que tampoco goza de la simpatía de muchos. “Él cree en un tipo de democracia en que las decisiones las toma solo una cúpula iluminada”, dijo Mendoza.
Más diplomático es el precandidato Luis Guillermo Solís, a pesar de que se le ve “enyuntado” con Mendoza, como él mismo admitió. Ambos, por ejemplo, negocian con otros partidos la formación de una alianza electoral, una opción que no ha sido prioridad de Solís.
¿Bienvenidos todos? Esta disposición de Mendoza y Luis Guillermo Solís de abrirse a organizaciones externas al PAC podrían incluso resultar determinante en la escogencia del candidato presidencial del PAC, según el tipo de convención. Hasta ahora está planteado que todo ciudadano empadronado que milite en el Partido podría participar, pero está por verse si una persona podría empadronarse ese mismo día y votar de una vez.
Entre las opciones preelectorales, no hay hasta ahora una cara ottonista. Los tres precandidatos que han confirmado su aspiración pertenecen a esa línea que los afines al fundador llaman “de izquierda”. Son Mendoza, Luis Guillermo Solís y el diputado Claudio Monge.
El empresario Román Macaya acabó tirando la toalla de la precandidatura, mientras la exdiputada Epsy Campbell aún se anda con cálculos, reuniones e incertidumbres. Por ejemplo, con la posibilidad de una convención que abra muchas puertas a gente fuera del PAC.
Ese es uno de los temores que expresó Cañas y que albergan muchos cercanos a Ottón Solís, conscientes de que esa apertura daría ventaja a las “fuerzas de izquierda” (se autodenominan “progresistas”) y a posturas políticas que causan escalofríos en algunos.
“Quieren convertir el Partido en una plataforma para defender el aborto, los intereses de los gais y de toda esa gente que detesta a la Iglesia católica. Esos sectores han tomado al partido”, sostuvo Oviedo.
Unos y otros culpan a Ottón Solís. Para sus adversarios, es “antidemocrático” y para sus defensores ha sido “demasiado democrático” al no haber aplicado mecate corto para la familia.