“Todas las soluciones están en la naturaleza: copiémoslas”, es la consigna que está haciendo suya un número creciente de científicos que practican el biomimetismo o la biomémesis. Se trata de una disciplina relativamente reciente que busca sacarle provecho a las estrategias utilizadas por animales y plantas para resolver sus propios problemas.
La experiencia acumulada por estos seres vivientes, desde hace más de 4.000 millones de años de evolución, es ahora tomada en cuenta por químicos, biólogos, biotecnólogos, físicos y otros especialistas en distintos sitios del planeta que buscan un mejor aprovechamiento de los recursos disponibles para generar nuevos productos, materiales y estructuras.
Así es como, en las dos últimas décadas, se han podido desarrollar tecnologías innovadoras en campos tan diversos como la cosmética, los textiles, la arquitectura, la medicina, el arte, el transporte o la mecánica.
“En la naturaleza todo se aprovecha y se reutiliza; nada se desperdicia. Esa estrategia la deberíamos aplicar los seres humanos en nuestro quehacer. Copiar lo que ella nos ofrece es la mejor alternativa para mejorar nuestro planeta, y lo bueno es que ni siquiera tenemos que pagarle derechos de autor”, comentó Rodrigo Gámez, presidente del INBio, la única institución en el país queprácticamente intenta poner en boga el biomimetismo.
El velcro es quizá el ejemplo de biomimética más popular. De acuerdo con un reportaje de la revista National Geographic, George de Mestral dio con este invento en 1984, luego de estudiar bajo el microscopio, una semilla espinosa que había removido del pelaje de su perro. Copió el diseño e ingenió un cierre de dos piezas.
Seguidamente, una lista con otras “innovaciones” basadas en la naturaleza. La información fue tomada de diversas fuentes: el INBio, el Biomimicry Institute en Montana, Estados Unidos, y Los mejores 100 de la naturaleza, documento difundido en el 2008 y elaborado por la red Biomímesis, junto con el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente y la Unión Mundial para la Conservación. Pico veloz. Cuando comenzó a funcionar el tren bala japonés (que viaja a velocidades de hasta 300 kilómetros por hora), los fabricantes se toparon con un serio inconveniente.
Al salir de un túnel, esta veloz locomotora generaba un gran estruendo que afectaba a quienes vivían cerca del sitio.
En procura de una solución, uno de los ingenieros se dio a la tarea de analizar un video donde un pájaro martín pescador se introducía en el agua sin hacer ruido para obtener los peces que le servían de alimento.
Como se determinó que la ciencia de tan perfecto clavado estaba en la forma del pico y la cabeza de esta ave, los especialistas rediseñaron el tren bala. Actualmente, este puede entrar y salir de los túneles sin provocar mayor ruido, incluso con una velocidad 15 por ciento mayor. Pintura iridiscente. Los biólogos también descubrieron hace unos años que la coloración iridiscente (tonos metálicos que incluso se ven cuando hay poca luz) de la mariposa morpho no obedecía a ningún pigmento en especial, sino a que las alas poseen estructuras ultramicroscópicas que interactúan con la luz y crean esos colores tan puros y vívidos. Basados en tal conocimiento, los ingenieros industriales replicaron en el laboratorio esas estructuras y encontraron soluciones para crear pinturas, labiales, telas, pantallas de teléfonos celulares o de computadora y otra serie de artículos, con esas características. Además, utilizando esta técnica eliminaron el empleo de metales pesados tóxicos y los procesos de fabricación altamente contaminantes. Edificios aireados. Siempre se ha dicho que las termitas son unos arquitectos fabulosos: construyen nidos que pueden alcanzar hasta los 8 metros sobre el suelo. Dichos refugios están construidos con partículas de tierra unidas con saliva y cocidas al sol (son tan duros que para destruirlos se deben utilizar explosivos) y poseen una serie de túneles capaces de ventilar y drenar la colonia. También pueden mantener una temperatura interna constante, de unos 31 grados C.
Asombrados con estos resultados, arquitectos de Zimbabue se basaron en el diseño de los termiteros para construir edificios capaces de regular su propia temperatura y evitar el uso de aires acondicionados. Ballena salvadora. Un investigador se dio a la tarea de seguir a las ballenas jorobadas en Colombia y descubrió que el corazón de estos mamíferos es capaz de bombear el equivalente a seis tinas de sangre oxigenada a través de un sistema circulatorio 4.500 veces más extenso que el sistema humano.
Como este bombeo ocurre a velocidades tan bajas (de 3 a 4 bombeos por minuto), los científicos creen que ahí pueden encontrar la clave para producir un nuevo tipo de marcapasos capaz de funcionar sin baterías. Ello bajaría considerablemente los costos de estos aparatos. Planta refrigerante. Debido a serios problemas de refrigeración en aldeas y pueblos lejanos, muchas vacunas que salen de los laboratorios para prevenir enfermedades como el sarampión, la rubéola y la tos ferina, se pierden en el camino. Para encontrar una solución a este problema, biomédicos de Estados Unidos estudiaron con detalle la Myrothamnus flabellifolia, una planta que se encuentra en el centro y el Sur de África, cuyos tejidos se secan hasta volverse crujientes, y luego reviven sin ningún daño gracias a una sustancia azucarada producida en sus células durante la sequía.
Debido a este descubrimiento, se han podido crear productos especiales que, en el mediano plazo, podrían ser empacados en forma inyectable y permitarán su conservación en un consultorio durante meses o años. Superficies higiénicas. La observación del alga roja Delisea pulchra, cuya superficie está libre de biopelículas, a pesar de vivir en aguas infestadas de bacterias, ha dado lugar a un compuesto que bloquea las señales químicas utilizadas por las bacterias para comunicarse. Esto serviría para evitar infecciones. Hacia Marte. La planta llamada Salsola tragus (la que en las películas del oeste americano se ve rodando por las calles de los pueblos fantasma) ha servido para que los ingenieros de la NASA diseñen un medio de transporte que utiliza la fuerza del viento para moverse. La idea es usarlo en Marte, donde los fuertes vientos podrían significar un serio problema. Cala centrípeta. La empresa Pax Technologies se apropió de la forma de la cala Lilly para diseñar un nuevo mezclador de agua. La nueva forma de espiral centrípeta hace que el giro sea mucho más eficiente, al mezclar líquidos y al consumir menos energía. Pez biónico. Mercedes-Benz copió la forma aerodinámica del pez caja para diseñar un pequeño carro biónico, económico y poco pesado, con capacidad para cuatro personas. Aletas eficientes. El presidente de la compañía WhalePower se inspiró en la forma de las aletas de las ballenas para aplicarla a las palas de sus aerogeneradores. Así llegó a construir palas con un menor nivel de ruido y una mayor eficiencia en la generación de energía eólica. Cero fricción. Tomando como base la piel resbalosa de la lagartija Sandfish Lizard, que vive en medio de las tormentas de arena del norte de África, los científicos trabajan para crear productos libres de fricción. Estos serían claves en diminutos sistemas electrónicos y mecánicos. Ventiladores marinos. La espiral logarítmica tridimensional de los caracoles marinos ha sido copiada por los científicos para emplearse en los ventiladores de las PC’s y los tubos de ventilación de los aires acondicionados de los automóviles. Se ha comprobado que ese diseño ayuda a la liberación y escape del fluido con menor fricción y mayor eficiencia.