Poco público en una tardenoche fría, sin abucheos ni vituperios, fue la tónica que rodeó al primer día de exhibición -el martes anterior- de la película La última tentación de Cristo en La Sala Garbo.
Unas 80 personas en total pagaron los ¢1.500 que cuesta el boleto para observar la película, que fue proyectada en dos tandas, a las 5 y a las 8 p. m.
Satisfacer la curiosidad y ejercer el derecho de escoger ver o no la cinta, fueron las razones principales que motivaron a los asistentes a acercarse a la sala.
"Lo que me motivó a venir a verla fue saber por qué la censuraron. Además, lo prohibido le gusta a la gente, ese es el atractivo", manifestó Alejandro Solano, administrador hotelero de 25 años, que se acercó a la Sala Garbo para la función de las 8 p. m. del martes.
También esperando ver la película en esa tanda estaba la socióloga Yetty Saldaña, quien afirmó no tener otra intención que "disfrutar de una película que ha dado mucho de que hablar".
Por su parte, Álvaro Herrera, quien vio la cinta en la función de las 5 p. m., afirmó: "No sé por qué le tienen miedo, es una película. Creo que más bien refuerza las creencias de los cristianos".
Similar criterio externó el estudiante universitario Rodrigo Villalobos, quien dijo que se trataba de una "buena película que no ameritaba la censura".
La última tentación de Cristo, del realizador Martin Scorsese, fue prohibida en Costa Rica el 10 de mayo de 1989 por la desaparecida Oficina de Censura, organismo que la calificó como irrespetuosa y difamante hacia la figura de Cristo.
Sin embargo, el 3 de febrero de 1995, la Sala Constitucional declaró con lugar un recurso interpuesto por el abogado Allen Pérez, quien solicitó que se declarara sin efecto la decisión de prohibir la exhibición del filme en el territorio nacional. La notificación de Sala IV fue hecha el pasado 23 de junio.
El filme, de 1988, es protagonizado por Wilem Dafoe, Harvey Keitel y Barbara Hershey.
Narra como Jesús, al momento de su ejecución, es tentado por la imagen de una vida como hombre normal al lado de María Magdalena, visión que intenta hacerlo desistir del sacrificio que debe hacer en la cruz.
Nicolás Baker, dueño de la Sala Garbo, manifestó que se decidió finalmente a proyectar el polémico filme porque el público "tiene el derecho de verlo" si así lo quiere.
"Siempre hemos tratado de presentar buenas películas, está es una de ellas; tiene una estupenda música de Peter Gabriel y las actuaciones son muy buenas", dijo.
Según Baker, la película se mantendrá en cartelera hasta la semana entrante, en tandas de 5 y 8 p. m.