El escritor guatemalteco Augusto Monterroso presentó la semana pasada, en Madrid, su última obra, La vaca, una recopilación de ensayos sobre la literatura llenos del humor y la ironía que lo caracterizan.
"Son textos, ocurrencias literarias y comentarios sobre libros y autores", explicó en rueda de prensa Monterroso, nacido en 1921.
A lo largo de 20 ensayos, Monterroso discurre sobre varios de los escritores que más influencia han tenido sobre él y descubre al lector aspectos curiosos de aquellos, como los miedos idiomáticos de Virgina Wolf, la pasión de Pablo Neruda por la gesta de Alonso de Ercilla, la literatura fantástica de Juan Rulfo o la imposición de manos de Juan Carlos Onetti.
El original título del libro, La vaca, surge de varias referencias literarias y reales sobre este animal, que ha reemplazado en la obra de Monterroso a las moscas, anteriores protagonistas de su obra.
"Hay una gran acumulación de vacas, de diferentes características. Si nos vamos por las historias de las vacas, estas son bastante ilustres en la literatura", señala Monterroso con su peculiar sentido del humor.
Así, el escritor recuerda, entre otras, una vaca muerta que vio en el altiplano boliviano, o la vaca del cuento Adiós cordera, del escritor español Leopoldo Alas Clarín.
Para México
El autor dedica el último de los ensayos a México, país en el que vive exiliado desde 1944, plenamente integrado en su vida cultural y literaria.
"Yo no vine a México por mi propia voluntad, pero por mi propia voluntad sigo aquí, el sitio que considero el mejor para vivir, trabajar y soñar", dijo.
Y añade: "Tengo cerradas las puertas de mi patria, Guatemala, envuelta hoy en crímenes más atroces que los que me empujaron al exilio en 1944".
Monterroso comenzó ayer, en la Casa de América en Madrid, unos talleres sobre el cuento, en los que el autor guatemalteco explicará su visión de este género literario, del que es uno de los principales maestros en lengua española.
"El cuento debe ser un objeto literario y artístico, como para ser leído muchas veces, como un poema. Está llamado a conmover una y otra vez al lector", dijo el escritor, quien, sin embargo, aseguró no tener "ni idea de cómo se hace un cuento".