Su primera visita al nuevo estadio de futbol en La Sabana sirvió a la presidenta Laura Chinchilla para mostrar ayer la estrecha relación de su gobierno con el de China.
La mandataria lanzó claros gestos de amistad y cooperación seis días después de que el Comité Nobel desató desde Noruega la furia del régimen chino al otorgar el premio anual de la Paz a un político disidente de ese gobierno.
Acompañada del embajador chino, Li Changhua, Chinchilla recorrió el inmueble cinco meses antes de su inauguración, en una visita agendada pocas horas antes, con la intención de presentar a los miembros de una comisión que asesorará a los administradores.
Calificó como “una obra hermosa” el inmueble que se ha convertido en el símbolo máximo de la relación diplomática bilateral establecida en el gobierno de Óscar Arias.
Ahí aprovechó para recordar que hay proyectos de cooperación pendientes, que el canciller René Castro sale hoy rumbo a tierras asiáticas y que ella misma irá en los primeros meses del 2011 a Pekín en visita oficial.
La Presidenta manifiesta así las señales de una relación cercana con China, similar a la que forjó el gobierno anterior. Deja atrás así algunos desencuentros surgidos al principio de su administración, sobre todo por el rechazo a visas de obreros chinos.
También ayer, en una de las salas del nuevo estadio, rechazó la posibilidad de aclarar su postura sobre el otorgamiento del Nobel de la Paz a Liu Xiaobo, el opositor chino que permanece encarcelado por sus ideas políticas.
“A eso no me quiero referir hoy. Ya hemos dicho suficiente. Nuestra posición quedó clara”, respondió la Presidenta en alusión a una parca declaración oficial que, según ella misma, llevaba una felicitación “implícita” a Liu y que evitó sumarse a la petición expresa de libertad para el galardonado.
Otros países como Estados Unidos, España y Alemania sí reclamaron la liberación de Liu, pero para el Canciller las circunstancias son distintas: “siendo potencias se pueden decir las cosas en otro tono”.
En la mañana Chinchilla, tras dar por cerrado el tema, señaló ante periodistas que “China nos está ayudando mucho”.
Consultada sobre proyectos pendientes, no citó planes concretos, pero recordó el interés en contar con cooperación en infraestructura y seguridad. Una posibilidad es la ayuda para construir cuatro carriles en la carretera de Guápiles a Limón y también la participación en obras de hidroelectricidad.
Castro informó ayer de que en Pekín afinará el paquete de cooperación ya conversado desde la visita del canciller chino, Yang Jiechi, el 1.° de agosto.