Durante 50 años, Argentina ha tenido un producto de exportación de lujo que logró sobrevivir a dictaduras, caídas de gobiernos y épocas de vacas flacas. ¿Cuál es su secreto? El amor al humor. Es decir Les Luthiers.
En Costa Rica se presentaron por primera vez a finales de noviembre de 1998. Un Teatro Nacional completamente lleno los ovacionó en las tres presentaciones de Unen canto con humor . Volverían en el 2002 con Bromato de armonio . Para esta ocasión, Les Luthiers pondrá en escena ¡Chist! Antología , una selección de piezas de diversos espectáculos: del recordado Mastropiero que nunca , de finales de los 70, tomaron La bella y graciosa moza ; de Bromato de armonio , La comisión ; de Viejésimo aniversario , Encuentro en el restaurante , para citar tres ejemplos.
Previo a su arribo al país, el pianista Carlos Núñez Cortés, uno de los miembros fundadores que migró de I Musicisti a Les Luthiers a mediados de los 60, conversó, jovial y distendido, por teléfono con Viva . La pregunta de rigor, es casi un reclamo.
Muchos fanáticos del grupo se preguntan por qué habían dejado de visitar nuestro país u otros del área, como Colombia, que tenían 14 años de no visitar...
Y hay otros países que tú me vas a comprender, que hace más tiempo todavía que no estamos visitando, como Venezuela, fundamentalmente, por la situación política y por todo lo que signifique, digamos, la seguridad y muchas otras cosas de llevar un espectáculo complicado, mover cinco o seis toneladas de carga de elementos muy valiosos como nuestros instrumentos musicales y demás. En esos casos hay que pensarlo más de una vez.
”Pero en el caso de Costa Rica o Colombia fue una infeliz combinación de circunstancias; o no había teatro o estaban ocupados o los empresarios no consideraban que era un negocio en ese momento. Hay muchas cosas que pesan a la hora de decidir las agendas de un grupo como el nuestro que es solicitado en muchos países de toda Latinoamérica y sobre todo en España, donde hacemos, por lo menos, dos giras al año”.
Trabajan mucho todavía.
Trabajamos mucho y ya no deberíamos ( risas ). Yo el año que viene cumplo 75. Así que imagínate… yo estoy con Les Luthiers trabajando ininterrumpidamente más de 50 años. Y con una intensidad terrible algunos años. Hubo años en los que hicimos un promedio de una función cada dos días. Imagínate lo que significa eso. Hay que ponerle el cuerpo.
Ahora que menciona que el año entrante va a cumplir 75, usted había anunciado en una entrevista hace poco que pensaba retirarse cuando cumpliera 75. ¿Todavía piensa en eso?
Pienso retirarme de Les Luthiers, no de la vida ( risas ). El otro día estaba recordando un comentario de Borges, que lo felicitaban por haber llegado a una edad bastante madura, ¿no?, y le decían: “¿usted está contento con la edad que tiene ahora?”, y Borges decía: “Y sí, estoy bastante contento, sobre todo considerando las alternativas” ( risas ). Así que yo estoy francamente muy contento de haber llegado a esta edad y trabajando, y trabajando en lo que más me gusta en la vida que es con Les Luthiers, tocando el piano, creando estas ficciones divertidas que hacemos nosotros. Como el año que viene vamos a cumplir 50 años de carrera ininterrumpida, yo consideré, con esa extraña fascinación que tenemos los seres humanos por las cifras redondas: 50 años es una buena cifra, así que probablemente ya me ponga a descansar.
Esta es una de las preguntas que más se hacen los fanáticos y que más les plantean: ¿qué pasará con la agrupación?
No, la agrupación no. Siguen. El aforismo que dice: “Los hombres hacen planes como si fueran inmortales”, lo cual está bien, ¿no? Uno sigue trabajando porque eso lo mantiene vivo. Pero como yo tengo otras inclinaciones, ¡qué placer me daría, don José! Y se lo confieso, poder ir a Costa Rica, y no estar 48 horas, sino irme una semana a Guanacaste a mirar pájaros, sin ningún tipo de presión ni nada. ¿No le parece que es un buen programa? Costa Rica es famosa en el mundo entero por su fauna y no solo por su fauna sino por el respeto que han transmitido a los ciudadanos de ese país hermoso, el respeto y el cuidado que merece.
El crítico de música y de teatro de La Nación , en esa época, escribió: “no recuerdo haber escuchado en el Teatro Nacional una ovación de pie más larga que la acordada a Les Luthiers esa noche”. ¿Eso les suele suceder cuando van por primera vez a un país o una ciudad?
No. Eso nos sucedió en San José y creo que en ningún otro lugar del mundo. Y esto no es para dorarles la píldora ni para tratar de ser obsecuente: a nosotros nos sorprendió muchísimo el cálido recibimiento de los costarricenses la noche que salimos por primera vez en el año 98 al escenario del Teatro Nacional. Todo el mundo como un resorte se paró y hubo un aplauso como de final de espectáculo, lo cual a nosotros nos sorprendió muchísimo.
”Yo creo que ahí había una mezcla de cosas, cómo si el público estuviese agradecido de que nosotros nos hubiéramos molestado en acercarnos a Costa Rica a llevarles nuestro trabajo. Y lo manifestaba de esa manera. De pronto desembarcar en Costa Rica, muchos años después de nuestra consagración, yo creo que los ticos nos lo agradecieron como solo saben ustedes agradecer. Y eso fue muy, muy emocionante para nosotros”.
Ahora regresan con ¡Chist! Antología , una recopilación de sketches de diferentes espectáculos. ¿Cuáles son los criterios de selección para escoger determinado material de un catálogo tan extenso y exitoso?
Es bastante complicado. Nosotros hemos sido cinco personas durante muchos años, en estos días se cumple, casualmente un año (en el momento de la entrevista) de la perdida de nuestro compañero Daniel Ravinóvich, pero hemos sido muy compañeros y socios, respetuosos de las opiniones de los demás, porque siempre consideramos que el grupo era, no una suma de nosotros cinco, sino casi un producto. Y entonces, las opiniones que se dan entre nosotros son muy valiosas y muy respetadas por los demás integrantes del conjunto.
”Lutherapia fue el último espectáculo original de Les Luthiers, el último espectáculo que Les Luthiers escribió desde la primera nota hasta la última; a partir de allí, allá por el 2010 o una cosa así, el grupo decidió hacer antologías, o sea, presentar popurrís de las obras más conocidas y recordadas por la gente; sobre todo porque había todo un fragmento de público que no las había visto, entonces era una buena manera de rescatarlas y de descansar un poco del acto creativo, que es terrible, es demoledor y desgasta mucho. Y entonces, bueno, decir, “muchachos, ¿qué elegimos?”. Hay cerca de 150 canciones en el arcón, muchas de ellas inolvidables, como el madrigal “La bella y graciosa mosa”, “El bolero de los celos”, por nombrar algunas. Hicimos distintas listas y fuimos buscando coincidencias y nos decantamos por un programa que lleva aproximadamente unas 10 obras”. Algunas de las cuales han visto los costarricenses, porque el último espectáculo que llevamos fue Bromato de armonio y hay alguna obrita tomada de ese espectáculo, pero muchas obras estoy absolutamente seguro que ni existían.
De ese extenso catálogo, recuerdo que usted en la Expo Les Luthiers, para el 40.° aniversario del grupo, mencionó que El adelantado don Rodrigo Díaz de Carreras era probablemente la pieza más popular entre los fanáticos del grupo. ¿Usted cree que continúa siendo la favorita?
Sinceramente no podría decirle si sigue siéndolo. De vez en cuando entre los fanáticos, en los grupos que se mueven en Internet hay votaciones –incluso hay una muy linda votación de cómo debería ser la próxima antología–, entonces uno lee eso y descubre viejos amores, como La cantata del adelantado don Rodrigo Díaz de Carrerras , El teorema de Thales , El concierto de Mkstroff para piano y orquesta , pero hay mucho material y hay muchos fanáticos y hay muchas opiniones. Eso va variando con el tiempo, no podría decirle ahora cuál es la obra más popular de Les Luthiers.
Ese humor inteligente de Les Luthiers ha producido, colateralmente, libros biográficos, tesis acerca de la construcción del humor y el lenguaje, libros que exploran el universo que hay detrás de los chistes, los nombres, artículos académicos, conferencias, charlas... toda una producción bibliográfica y académica alrededor de la música y el humor de Les Luthiers. ¿Se imaginaron en algún momento que su trabajo podría generar todo eso?
Sinceramente es una maravilla ver cómo se multiplican los estudios, análisis y trabajos de investigación, incluso tesis doctorales. Hay una de la Universidad de Salamanca, hecha por un español, que trabajó durantes muchos años sobre las técnicas humorísticas y toda la cultura que yace detrás de las obras de Les Luthiers. También hay una escritora argentina radicada en Holanda, Gabriela Bagalá, que ha escrito un libro muy interesante y profundo, un estudio muy serio, de toda la cultura a través de todas las obras de Les Luthiers.
”Todo eso, sinceramente, nosotros no lo esperábamos, cuando Les Luthiers comenzó 50 años atrás era un pasatiempo, una diversión de jóvenes universitarios, que ya comenzó con una cierta altura, porque lo que nosotros hacíamos eran las parodias de las obras corales que cantaba el coro universitario de Ingeniería”. Sin embargo, esas bromas trascendieron y la gente empezó a acercarse y divertirse con eso. Ahí hubo también un proceso de adaptación de Les Luthiers a un nuevo público más masivo. Ya no era un público estrictamente de conciertos, sino más abierto, de un mayor espectro. Hubo, incluso, una apertura nuestra hacia los géneros populares y empezamos a hacer parodias de boleros de tangos, pero siempre con la altura del artista que valora y respeta el material parodiado. Con eso le quiero decir que si nosotros de pronto nos poníamos a hacer una parodia de, por ejemplo, de una zarzuela española, primero había un gran estudio, serio e inteligente acerca del género, como para después hacer una parodia inteligente y divertida.
Internet se masificó y también el acceso a los videos de Les Luthiers. ¿Cómo se toman que el material sea tan popular y accesible? ¿Usted cree que eso les haya ayudado a conectarse con el público joven?
Esa es una muy inteligente pregunta y me gustaría relatarle un segundo una especie de miedo infundado que teníamos nosotros, justamente, al auge de Youtube y a que todo esté al alcance de una tecla. Nosotros, celosos de nuestro material, al comienzo pensábamos: si la gente nos quiere ver que pague una entrada y vaya al teatro; porque uno ha invertido muchísimo en esto –yo invertí mi vida entera– hay muchísimo trabajo de investigación de todo tipo detrás de cada obra, entonces, de pronto sentir que esa obra que a uno le costó muchísimo lograrlo, esté accesible, así sin más, hay un resquemor, una cierta sensación como de injusticia. Es el viejo tema de los derechos autorales, de la piratería de las películas en DVD, bueno, es lo mismo. ¿Pero qué sucede? Hay muchos lugares donde Les Luthiers no llega. Nosotros no hemos ido nunca, por ejemplo, a la República Dominicana, y hace muchos años que nos piden que vayamos, que tenemos miles de seguidores. Hemos ido a lo largo de 50 años hemos hecho solamente dos visitas a vuestro país, entonces, ¿por qué negar ese material a la gente que no lo puede ver por otras maneras, de otras formas?
”Por otro lado, nos hemos dado cuenta de que estábamos absolutamente equivocados. El hecho de que la gente tuviese acceso a Les Luthiers en Youtube y ver los videos sin ningún tipo de filtro no solamente no nos ha quitado público, sino que lo ha multiplicado en cada lugar donde vamos ahora”.
Estamos en los alrededores del aniversario del lamentable fallecimiento de Daniel Ravinovich, ¿cómo siente que ha reaccionado el público a la participación permanente de los reemplazantes Turano y O’Connor?
Eso también es un poquito complicado de evaluar. Nosotros, estadísticamente hablando, seguimos trabajando –hace un año que trabajamos sin Daniel– continúan nuestras giras, nuestras presentaciones y a todos los países donde vamos, encabezando España y después siguiendo con los países de Latinoamérica, la respuesta sigue siendo calurosa y multitudinaria.
”Eso nos indica, de alguna manera, que nosotros y el público hemos elaborado un duelo, porque se nos fue uno de los compañeros que tal vez era el más payaso del grupo, aquel que la gente recordaba con más cariño y con mayor diversión, sin embargo, el grupo ha seguido trabajando con mucho éxito y yo creo que más terrible hubiera sido bajar la cortina, como decimos aquí, cerrar el local, y dejar de trabajar, y negar esta continuidad natural que ha tenido el grupo de elaborar el duelo y seguir adelante, como lo hubiera querido Daniel”.
Daniel inclusive en los últimos días decía: “muchachos, hay que seguir trabajando, hay que seguir llevando esta maravilla que es las obras de Les Luthiers, hay que seguir llevando a Mastropiero por todo el mundo”.
Maestro, ahora que menciona a Mastropiero, ¿usted tiene alguna imagen física, se lo imagina de alguna forma, se le parece a alguien?
Mastropiero nos ha “retazeado”, ha sido muy cuidadoso de su imagen, ( ríe ), sí... pero lenta y gradualmente comenzó a aparecer despacito. Hay un único, un primer dibujo de él en la tapa del primer LP, del primer disco; la tapa de ese primer disco nuestro que se llama Sonamos pese a todo , tenía una representación de Mastropiero en una cama grande, algo medieval, ¿no? Lo terrible era que en la cama había cuatro o cinco señoritas ligeras de ropa ( ríe ), tocando instrumentos informales y Mastropiero enloquecido componiendo una de sus obras, que se supone que era El polen ya se esparce por el aire , que era una de sus canciones levemente obscenas. Ahí hay una representación bastante aceptada por nosotros de lo que podría haber sido Mastropiero. Si tuviéramos que elegir algún personaje histórico de la música, yo diría que tiene un cierto parecido a Johann Sebastian Bach.
Maestro, usted está próximo a cumplir 74 años, quisiera preguntarle si aquella destreza física que vimos en “La canción para moverse”, de Los honguitos, ¿aún la practica o ya está fuera de programa?
Está bastante fuera de programa (risas)... ahora me desplazo muy bien en silla de ruedas. Viera usted las fintas y mis evoluciones por el escenario… La verdad es que yo hice “la canción del movimiento”, ya que lo menciona usted, que era “estos diez deditos ya están preparados”, que terminaba hecho un nudo en el suelo, esto casualmente fue un “bis”, que era un espectáculo que creo que era “Muchas gracias de nada”, de 1980, pero después, la canción era tan bien recibida por el público, porque no podían creer que en una canción así uno terminaba hecho un nudo y había que sacarlo del escenario porque no se podía desatar, siguió siendo “fuera de programa” durante muchos años. Hasta creo que fue “fuera de programa” de “Bromato de Armonio”, que fue uno de los espectáculos que se vieron en Costa Rica. Y yo recuerdo la última vez que la hice, que yo tenía 60 años. O sea, que ya bien me merezco un descanso de la canción (ríe); porque la hice desde el año 1980 hasta cumplir los 60 años yo, ahora voy a cumplir 74, ya pasaron ya 14 años más de la última vez que me hice un nudo en el escenario. Igual me sigo desplazando bastante bien.
En “El encuentro en el restaurante” también hay un desplazamiento por el suelo en retroceso, ¿todavía lo hace?
Y casualmente, ya que lo menciona, le cuento que en Chist!, hacemos Encuentro en el restaurán, está en el espectáculo que van a ver ustedes en Costa Rica. Ahí lo he reemplazado por otros gestos, algo así nerviosos, pero ya no hago eso, hago algo parecido.
Sabemos lo que eligió a fin de cuentas el maestro Mangiacaprini, pero Carlos Núñez, ¿con qué se quedaría: “¿Los solemnes acordes del himno nacional o Chiquilín picarón?”?.
( Risas ). Yo creo que me quedaría con el “Chiquilín Picarón”, porque los himnos nacionales, y más si son solemnes me dan una cierta desconfianza. Prefiero la música popular en este caso.
El popurrí de éxitos de Les Luthiers podrá disfrutarse en el Palacio de los Deportes, ubicado en Heredia, el sábado 17 y el domingo 18 de setiembre. El primer día a las 8 p. m. y el siguiente a las 5 p. m. Las entradas están disponibles en www.eticket.cr y los precios van desde ¢39.000 hasta ¢129.000.