Thorwald Westmaas
Con gran interés he seguido los últimos aconticimientos reportados por su confiable periódico sobre la infertilización in-vitro en Costa Rica.
Declarado este método inconstitucional por la Sala IV, me veo obligado a escribir e invitarles a conocer el caso de nuestra hija. Según la mayoria de la Sala IV, ellas es el resultado de un atentado contra la vida. Mayor contradicción no existe.
Es inconcebible entender cómo un procedimiento médico, cuyo único objetivo es RECREAR vida, puede ponerse en la misma categoría que el aborto. Sí, se pierden óvulos fertilizados, del mismo modo que la naturaleza selecciona a mujeres que sí puede quedar embarazadas en forma tradicional. Según la Sala IV en Costa Rica, Dios (o la naturaleza) comete un acto inconstitucional al darse un aborto prematuro por razones naturales. ¿Cómo piensan regular eso?
Nuestra hija, Anneke nació gracias al excelente trabajo de los doctores Escalante y Rivas y el deseo sumamente meditado de una pareja por tener un hijo. No creo que un niño pueda iniciar su vida en mejores circunstancias.
El IVF no es un atentado contra la vida; la decisión de la Sala IV sí va contra la vida, contra la profesión médica, y sobre todo, contra el amor de la familia.
(*) Padre (que se salvó a tiempo), thorwald@ilisa.com