Flipper y Sissy viajaron desde Venezuela a nuestro país, y durante tres semanas serán los mejores anfitriones en el circo de delfines que comenzará mañana.
Estos dos mamíferos actuarán al lado de focas y cinco clavadistas con la intención de hacer reír a niños y grandes y robarnos el estrés.
Su estancia en Costa Rica se limitará al espectáculo, pero en otros países, como México, se trabaja con ellos en las terapias de pequeños con síndrome de Down, autismo y adultos con estrés.
En 1978 nació en Inglaterra la "delfinoterapia" como un mecanismo para reducir la presión laboral del adulto, y con los años se extendió a niños especiales.
Esta terapia implica el contacto de los individuos con el animal. A los delfines se les entrena para que realicen una especie de masaje en el cuerpo; además, juegan con las personas tanto dentro como fuera del agua.
"El agua, por sí sola, ayuda a la relajación. No es casualidad que el feto se desarrolle en un medio acuático. Además, el contacto físico con el animal, el afecto que ellos transmiten y el juego ayudan a liberar el estrés", sostuvo Ricardo Roca, especialista en delfinoterapia, quien se encuentra de visita en nuestro país precisamente con un circo de delfines.
¿Qué les da a los delfines la cualidad de ser tan útiles para el ser humano? Esta especie posee dos huesitos en la base del cerebro, los cuales están unidos a través de cartílagos, pero cada uno tiene su propio movimiento.
"Cuando se mueven, estos huesos emiten sonidos de alta frecuencia que se amplifican hacia el melón (parte delantera) del delfín", agregó Roca.
Estos sonidos provocan una especie de neurotransmisión que facilita la recuperación de las personas o, al menos, mejora la salud de otras.
¿Cómo funciona? Nosotros nacemos con cierta cantidad de neuronas, pero solo utilizamos un porcentaje de ellas. De ese porcentaje podrían morir algunas que, obviamente, son irrecuperables, pero es posible poner a trabajar las que han vivido inactivas.
Estas, eventualmente, podrían realizar las funciones de las que ya no están. Y esto es lo que realiza la neurotransmisión de los delfines: activar las neuronas paralelas.
Por ejemplo, ayuda a recuperar el movimiento en casos de parálisis, o estimula la afectividad en los niños autistas y con síndrome de Down. No es un medicamento o terapia que cura, pero sí da una mejor calidad de vida.
Buen equipo
No solo las personas nos beneficiamos del contacto con los delfines, a ellos también les resulta agradable la relación con los humanos.
"Ellos sienten el afecto de las personas. Les agrada jugar y sentirse acompañados", comentó Roca.
Estos mamíferos se caracterizan por ser muy sensibles; incluso pueden suicidarse (dejando de respirar) si están muy deprimidos --por ejemplo, cuando pierden a su pareja.
Cuando se encuentran en cautiverio (lejos del mar) viven cerca de 38 años, algunos alcanzan los 45; cuando están en su hábitat natural duran unos 18 porque son presa fácil de los depredadores, de las redes que pescan atún o mueren por falta de alimento. Por lo general, se alimentan de pescado.