En febrero del 2008, mientras la Sele naufragaba en un amistoso ante Jamaica y el ICE anunciaba que vendería un remanente de 95.000 líneas celulares sin cita, puso por primera vez sus pies, en Costa Rica, Arthur Budovsky, el hombre a quien Estados Unidos señalaría cinco años después como el líder de la mayor operación de lavado de dinero del mundo. La más grande de la historia.
Llegó a la edad de 34 años y no perdió tiempo. En la misma semana en que llegó, acudió a la oficina de un abogado en Sabana Sur, San José, para crear su primera sociedad anónima en Costa Rica: Worldwide E-Commerce Business S. A. (Websa), una de las firmas que luego la Fiscalía del Distrito Sur de Nueva York involucraría en un lavado de $6.000 millones gestado desde Costa Rica.
En ese momento, Budovsky no hablaba español, según testimonios de personas que, por razones comerciales o de otra índole, tuvieron contacto con él. Un año antes de venir, este estadounidense nacido en Ucrania, en 1973, había sido condenado a cinco años de cárcel en Nueva York por operar sin licencia un servicio de transferencia electrónica de dinero, llamado GoldAge, que movió $30 millones. Sin embargo, se le otorgó libertad condicional. Cuando abrió su primera sociedad aquí, Budovsky dijo que vivía en Pavas y se presentó como socio de Ahmed Yassine, costarricense de origen marroquí.
Así lo relató el abogado Ignacio Monge Dobles, quien sostuvo que, por razones estrictamente de servicio profesional, aceptó figurar en la constitución de Websa. Él se desligó de la firma tres meses después.
Monge relató que, a finales del 2007, una conocida le presentó a Yassine porque este desarrollaba una empresa de comercio electrónico y necesitaba asesoría legal.
“Me reúno con él en su casa en Los Arcos (Belén, Heredia). Me dice que tiene una empresa de comercio y que necesita asesoría en cosas puntuales, como contratación de empleados, reglamento de trabajo, trato con proveedores, remodelación del local, inscribir la marca. Llevé la asesoría. Dos meses después, llegó Budovsky como socio de Ahmed y me dijo que necesitaba constituir una compañía. Hicimos los estudios, revisamos antecedentes, no había ningún pleito. A partir de ahí, en febrero del 2008, se constituye la sociedad para efectos personales de Arthur”, dijo Monge.
En mayo siguiente, Budovsky le dijo que tenía otros conocidos y que necesitaba el 100% de las acciones de la sociedad, por lo que Monge presentó su renuncia y se las cedió. “Solo hablaba inglés, lo vi poco, un par de veces más, siempre reunido con Ahmed”, agregó el abogado.
El nombre. Dos años antes, el 8 de mayo del 2006, en una casa del barrio Fátima de Heredia centro, Ahmed Yassine había fundado ante notaria pública la sociedad Liberty Reserve, la cual dio nombre al negocio de transferencias electrónicas de dinero de Budovsky.
De hecho, ese fue el nombre que le dio la vuelta al mundo y con el cual fue destapada la operación de lavado liderada por Budovsky.
Rosa Vindas, notaria que levantó el acta de constitución de la sociedad, relató que Yassine estaba casado con una pariente de ella y, por eso, le ayudó en la constitución de esa y otras sociedades. “Él no tenía una condición económica alta. Vivía en Los Arcos, en un apartamento sencillo”, contó.
Tiempo después, continuó Vindas, Yassine empezó a aparecer con socios extranjeros y uno de estos era Arthur Budovsky. Lo conoció en la casa de Yassine: “Todo era Arthur, con él trabajaba Ahmed. Era joven, de unos 40 años, muy buena gente, muy agradable. No estaban en situación de igualdad (Yassine y Budovsky). Se notaba que él (Budovsky) daba órdenes y que el que manejaba la plata era Arthur”.
“Les entendí que ellos lo que hacían era vender información personal de gente a nivel mundial, antecedentes crediticios para las autoridades”, añadió Vindas.
Pasos precisos. En mayo del 2008, tres meses después de su primera visita, Budovsky regresó al país y, según registros de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS), en ese momento Liberty Reserve fue inscrita como patrono con un promedio de 20 empleados.
Al mes siguiente, el estadounidense se casó con una costarricense que vendía empanadas frente a las oficinas de la Dirección de Migración en La Uruca, San José.
Esa acción, en la que medió un pago de ¢200.000 para la mujer, permitió a Budovsky obtener en un año la cédula de residencia y, en dos, la nacionalidad costarricense.
Eso explica sus constantes cambios en las calidades a la hora de abrir sociedades o comprar lujosos autos: primero aparecía como estadounidense soltero; luego como estadounidense casado; después pasó de residente casado a costarricense casado y, al final, firmó una vez como costarricense divorciado. Pero el Registro Civil certificó que nunca inscribió un divorcio.
No pasó mucho tiempo antes de que Liberty Reserve quisiera posicionarse públicamente. Tras inscribirse ante la CCSS, la firma compró cinco esculturas en la subasta de vacas del Cow Parade de San José, en setiembre del 2008.
En el 2009, la compañía anunció en la prensa tica su intención de convertirse en el primer banco digital. Se anunciaba como una empresa de capital costarricense que permitía, vía Internet, hacer transacciones en moneda digital a cualquier parte del mundo las 24 horas del día.
En criterio de la Fiscalía estadounidense, ese sistema permitía mover entre cuentas bancarias, alrededor del mundo, dinero proveniente de fraude con tarjetas de crédito, fraudes con inversiones, piratería informática, pornografía infantil y narcotráfico.
La compañía se instaló en Forum II, en Santa Ana, justo donde está la Superintendencia General de Entidades Financieras (Sugef), a la que solicitó permiso para operar, pero nunca lo recibió porque desistió del trámite.
Un perro en escena. Una abogada que prestó servicios para la constitución de una de las cuatro sociedades que Budovsky abrió en Costa Rica, recordó que la citaron a firmar el acta en Forum II en el 2010. Pero ni siquiera la pasaron a una oficina, sino que Budovsky y un socio salieron al parqueo. Vestían informalmente.
“Era como de película, usaban camiseta sin mangas. Firmamos casi encima de la tapa del carro. Andaban un perro tipo pit bull”, recordó. Le presentaron cédulas de residencia y a ella le dio tranquilidad el hecho de que hubiesen pasado el filtro de Migración.
En diciembre del 2011, Estados Unidos emitió una alerta sobre las operaciones de Liberty Reserve y esta cesó sus operaciones, incluso ante la CCSS, donde dejó una deuda de unos ¢150.000.
El grupo usó otras sociedades como Websa pero, en mayo, Budovsky cayó preso en Madrid a los 39 años. Cuatro personas más fueron arrestadas en España, Estados Unidos y Costa Rica, al tiempo que aquí se decomisaron autos Rolls Royce y Mercedes Benz. Budovsky había salido del país el 27 de enero, casi cinco años después de su primer venida a San José.
Nota: Esta noticia fue editada a las 11:10 a. m. para precisar que Liberty Reserve no recibió permiso de la SUGEF porque desistió del trámite.