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Los héroes del vuelo United 93

La películaUnited 93cuenta, en forma realista y sensible, cómo fueron, posiblemente, los últimos minutos de vida de los pasajeros del vuelo United 93, el 11 de setiembre del 2001, en el fatídico 9-11.

Este lunes se cumplen cinco años desde que ocurrieron los atentados terroristas de Al-qaeda contra Estados Unidos, sucedidos el 11 de setiembre del 2001, hechos que el mundo conoce como los del 9-11.

¿Son cinco años suficientes como para llevar esta tragedia al cine? Eso es lo que se cuestionaron muchos, principalmente los ciudadanos estadounidenses, ante la llegada a la pantalla grande de películas como World Trade Center , del director Oliver Stone , o United 93 (Vuelo 93) , del británico Paul Greengrass.

Listos o no, los estrenos se han dado desde el pasado mes de mayo en EE.UU. y miles de personas han acudido a los cines para recordar los acontecimientos.

Costa Rica no se queda atrás. Mañana se estrenará en los cines de todo el país United 93, filme que cuenta el drama del cuarto avión secuestrado ese día, el vuelo 93 de United Airlines, el único que no se estrelló contra su objetivo, que al parecer era la Casa Blanca.

¿Vale la pena verla? Uno de los miedos que la gente tenía ante la llegada al cine de películas sobre el 9-11 era que los hechos se trataran en forma irrespetuosa, que se subestimaran o que se exageraran o, peor aún, que se les diera un “tinte hollywoodense ” con protagonistas actuando a lo Bruce Willis o a lo Sylvester Stallone.

Por eso, United 93 ha dado una sorpresa positiva. Es una película dura, muy dura, pero al mismo tiempo, sensible y realista.

Su director, Paul Greengrass, no recurrió a actores famosos sino a desconocidos y, mejor aún, a algunos de los verdaderos involucrados en los hechos de ese día: controladores aéreos y familiares de las víctimas. Incluso, los pilotos y azafatas que aparecen en el filme son verdaderos pilotos y azafatas.

Lo que la película hace es contar, en tiempo real, lo que quizás ocurrió ese 11 de setiembre entre los pasajeros del avión y sus secuestradores. Para tratar de documentar esta historia, el director conversó ampliamente con los familiares de las víctimas, escuchó las llamadas telefónicas que algunos de ellos hicieron desde el avión a sus personas más queridas y escuchó las conversaciones que tuvieron los pilotos en cabina antes de que se diera la tragedia, en la que, por la intervención de los pasajeros —que se rebelaron contra sus secuestradores—, el vuelo 93 no se estrelló contra la Casa Blanca sino que se desplomó en medio de un campo cerca de Shanksville, en Pennsylvania.

A principios de mayo, cuando el filme se estrenó en Estados Unidos, en su primer fin de semana quedó en el segundo lugar en recaudación, con $11,6 millones. Pero, más que eso, lo relevante fue ver la reacción de los espectadores.

En un artículo publicado en Viva en la segunda semana de mayo, la agencia de noticias EFE reportó que el filme le sacudió el alma a los espectadores, “muchos de los cuales salieron de las salas de cine llorosos y mudos”.

Así lo describió EFE: “Indudablemente, los espectadores no salieron del cine como entraron. La sensación se repite en todo el país: tras la gran pantalla en negro con la que termina la cinta y antes de que comiencen los títulos de crédito, la gente se frota los ojos, recupera la respiración y se levanta... La gente sale muda. Y lo que es aún más sintomático, la gente no se come las enormes bolsas de palomitas de maíz que, por costumbre, se compran los estadounidenses antes de entrar en el cine. Casi sin tocar, se quedan en los asientos. Las poderosas imágenes del filme impiden que nada pase por la garganta”.

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