El 13 de febrero de 1992, el First National Bank, en Kentucky, recibió un supuesto fax de la empresa costarricense Embotelladora Tica S.A.
En la carta, la empresa pedía al banco que transfiriera $58.000 a otra cuenta en un banco en Nuevo México. La transferencia se realizó sin ningún problema.
Dos meses antes, el Banco Internacional de Costa Rica (BICSA) había recibido una solicitud similar: el costarricense Orlando Aubert Pacheco pedía al banco que enviara $37.500 de su cuenta a California. El banco envió el dinero de inmediato.
Por esos días, otras 14 solicitudes de transferencias llegaron a bancos en Florida y Pensilvania, en Estados Unidos, y en países como Chile y Puerto Rico. Todas tenían los códigos numéricos correctos y los nombres de las personas autorizadas para pedir las transferencias.
Pero se trataba de una estafa en serie. Los verdaderos dueños del dinero desconocían de las transferencias.
Un investigador federal encontró que las solicitudes falsas emanaban de Pensilvania y que toda la plata terminaba en cuentas controladas por un joven de 22 años que estaba a punto de graduarse de bachiller en mercadeo en la Universidad de Saint Joseph: Don Frederick Stockwell.
En mayo de 1992, Stockwell recibió una notificación judicial que le atribuía cargos por fraude bancario y uso no autorizado de códigos de acceso.
Se declaró culpable de todos los cargos y fue condenado el 18 de junio de 1993 a seis meses de arresto domiciliario con monitoreo electrónico y a cinco años de libertad condicional, con impedimento para viajar.
También se le condenó a pagar $131.100 a los bancos afectados, como restitución por las estafas cometidas.
Antes de llegar a Pensilvania, Don Stockwell cursó su secundaria en el colegio Lincoln, en Costa Rica, de donde se graduó en 1987. Nació en Illinois, Estados Unidos, el 18 de julio de 1970, de padre estadounidense y madre tica.
Por el trabajo de su padre, la familia se mudó de Illinois a Ohio, donde Don obtuvo su identificación estadounidense, y después a California. Ahí cursó la primaria.
A Costa Rica vino a vivir con sus abuelos cuando estaba en sexto grado. Los compañeros de Stockwell lo recuerdan como una persona muy activa que siempre buscaba protagonismo. Fue el presidente de su clase durante el último año de colegio.
Desde que se marchó a Pensilvania para estudiar en la universidad, Stockwell nunca dejó de visitar Costa Rica, pero en ese entonces solo sus allegados lo conocían.
A mediados del 2004, para su cumpleaños 35, él mismo se organizó una gran fiesta en el hotel Marriott para "introducirse a la comunidad tica", para "darse a conocer" y para "conseguir contactos".
Desde entonces, se las ha ingeniado para que su nombre aparezca frecuentemente en los medios de comunicación por las fiestas que organiza o por su anuncio, el año pasado, de que integraba un grupo interesado en comprar el Deportivo Saprissa. Más recientemente, se ubicó en los titulares por su boda con la actriz venezolana Carolina Tejera, en la Basílica de los Ángeles.
También hizo una gran fiesta con el lanzamiento de su empresa Eventos y Música Tropix II S.A., que organizó con éxito el concierto del cantante Juanes, el año pasado.
Reincidencia y matrimonio. El encuentro de Stockwell con la justicia no opacó el ímpetu empresarial del recién graduado universitario.
Antes de su condena, a finales de 1992, creó dos compañías en Florida junto con varios compañeros de la universidad. Zax International Coffees y Zax International Consultants preten-dían ser grandes comercializadoras de café en los Estados Unidos, según él mismo recuerda.
Para entonces, había conocido a una joven puertorriqueña en un desfile de modelos en Nueva York y rápidamente perfiló un compromiso. Desde noviembre de 1993, pidió a la Corte en Pensilvania que le suspendieran el monitoreo electrónico y que le permitieran viajar a Puerto Rico, pero la solicitud fue denegada.
Así que esperó a que venciera el monitoreo electrónico y justo un mes después, el 24 de enero de 1994, Stockwell contrajo matrimonio con la joven puertorriqueña Sussette Feshold Ponton, según muestran los registros de la parroquia de Santa Teresita, en San Juan Puerto Rico.
Justo después de la boda, Stockwell solicitó a la Corte en Pensilvania que transfiriera su supervisión al estado de Florida, donde tendría ahora su residencia, junto con su esposa.
El "caso Stockwell" se le asignó al oficial César Cerecedo en la oficina federal de Libertad Supervisada, en Florida. Él debía cerciorarse de que Stockwell cumpliera con todas las condiciones de la libertad condicional.
Una de esas obligaciones era preparar un informe mensual en el que debía detallar sus fuentes de ingreso.
El 26 de agosto de 1994, la aventura cafetalera de Zax había terminado sin éxito y Stockwell y sus compañeros tuvieron que disolver las compañías en Florida.
Pero la disolución no impidió una nueva investigación que el oficial Cerecedo apenas comenzaba en relación con las compañías de Stockwell y su fuente de financiamiento.
La investigación los llevó a contactar, en Costa Rica, a Luis Brenes, presidente de la Corporación Fiasa. Esa empresa, según los reportes de Stockwell, era la propietaria de un 30 por ciento de las acciones de Zax International Coffees y había invertido $30.000 en el negocio cafetalero.
"Nuestra intención original era contactar a la Corporación Fiasa y advertirles sobre el posible riesgo que representaba Don F. Stockwell si ellos no conocían sobre su estado de convicto supervisado", menciona el oficial Cerecedo en un escrito a la Corte del Distrito Sur de la Florida.
El 27 de setiembre de 1994, los oficiales recibieron una carta de Brenes en la que afirmaba que ya había sido "estafado" con $50.000 que invirtió en Zax International Coffees y que había "perdido contacto" con Stockwell en Florida.
Según dijo Brenes a los oficiales, su inversión desapareció a un ritmo de $10.000 mensuales que venía entregando a Stockwell. "El señor Brenes entregó a este oficial el detalle contable de las dos cuentas bancarias que describen los gastos ostentosos hechos por el señor Stockwell desde setiembre de 1993, cuando Brenes empezó a invertir sus $50.000", dice Cerecedo en su escrito.
La Nación no encontró registros de ninguna denuncia presentada por Brenes o por Fiasa contra Stockwell en Costa Rica ni en Estados Unidos.
"La información entregada por el señor Brenes contradice directamente los reportes mensuales de supervisión del señor Stockwell. De hecho, abre otras vías de investigación en relación con potenciales víctimas desconocidas por esta oficina, pues él ha estado reportando al señor Brenes como la fuente de su dinero por todos estos meses cuando de hecho el señor Brenes detuvo su inversión desde enero de 1994", afirma Cerecedo.
"Don F. Stockwell falló en responder verazmente consultas hechas a él por este oficial sobre la verdadera fuente de sus ingresos", agrega el oficial.
"Todo parece indicar que el señor Stockwell pretende continuar con sus prácticas de negocios fraudulentas", concluyó Cerecedo el 20 de diciembre de 1994. Ese mismo día, solicitó de inmediato el arresto de Stockwell.
Recién cumplido su primer año de matrimonio, Stockwell fue recluido en la prisión federal de Camp Eglin, en Florida, entre el 17 de febrero de 1995 y el 26 de mayo de ese año, según los registros del Buró Federal de Prisiones estadounidense.
La jueza que aprobó su encarcelamiento, Úrsula Húngaro-Benages, ordenó que Stockwell presentara un informe completo de todos sus registros financieros y de negocios. "El acusado no deberá ser empleado en ninguna posición que requiera el manejo de dinero, abrir líneas comerciales de crédito o autorizar fondos para ser desembolsados sin la aprobación de la Oficina de Libertad Supervisada y a menos de que el empleador sea notificado de la condición del acusado.
En su escrito del 23 de enero de 1995, la jueza también prohibió al acusado abrir cuentas corrientes o líneas de crédito, personales o comerciales.
Divorcio y escasez. Durante los cuatro meses que estuvo en prisión, Stockwell pidió a la Corte en Florida que autorizara el traslado de su supervisión a Puerto Rico, donde estaba su esposa, pero se le negó.
Cuando salió de la cárcel, hizo un nuevo intento. El 5 de junio de 1995, Stockwell escribió una carta al oficial Cerecedo en la que informó que había sido recontratado por la compañía Rochester Midland, para la venta de químicos de limpieza en Centroamérica y el Caribe. Presentó cartas del gerente de la empresa.
"Como no tengo absolutamente ningún ingreso en el presente ni ningún ahorro, mi familia de parte de mi madre accedió a ayudarme financieramente hasta que me establezca en Puerto Rico y pueda ser autosuficiente con mi trabajo en ventas", alegó Stockwell.
"Como usted sabe, mi encarcelamiento ha perjudicado mi matrimonio con Sussette, quien está viviendo con sus padres en Puerto Rico. César, yo verdaderamente amo a mi esposa y me afecta el dolor que todo esto le ha causado. Deseo hacer todo lo que esté a mi alcance para salvar el matrimonio y ser un amoroso esposo. Una de las principales razones por las que nunca volveré a involucrarme en nada ilegal y seguiré al pie de la letra todas las ordenes de mi probatoria es porque no quiero nunca herir a mi esposa o perderla otra vez", dice la carta.
Finalmente, la supervisión de Stockwell fue transferida a Puerto Rico, pero eso no ayudó a salvar su relación. En 1997, Sussette Feshold solicitó a la Iglesia la anulación del matrimonio y el Tribunal Metropolitano de San Juan aprobó su solicitud. El 3 de agosto de 1999, el matrimonio fue anulado.
Asfalto y disquera. Como vendedor de Rochester , Stockwell conoció a Arturo Díaz, quien era uno de sus clientes y uno de los empresarios más prominentes de Puerto Rico.
Díaz le dio trabajo como gerente de Asphaltic Futures Corp. (AFCO), empresa que creó el asfalto frío, mejor conocido con la marca Tropix.
Stockwell se encargó de mercadear el asfalto frío y, como estrategia, se le ocurrió auspiciar conciertos con artistas renombrados.
El asunto de los conciertos, cuenta Stockwell, tuvo tanto éxito que le propuso a su jefe desarrollar una pequeña compañía disquera a la que llamaron Tropix Music Records.
La compañía se creó el 13 de junio de 1997 con un capital de $1.000 y, desde entonces, Stockwell aparece como director, según el Registro de Corporaciones del Departamento de Estado de Puerto Rico.
El último informe corporativo anual que está en el expediente comprende el año 2004 y fue presentado el 4 de abril de 2005. Allí, se dice que el volumen del negocio no sobrepasa $1 millón y Stockwell aparece como agente residente. El valor total de los bienes de la empresa es de $535.864 y las deudas por un total de $1.618.451. Es decir, la empresa reporta pérdidas por $1.082.587.
Tropix, según Stockwell, era propiedad de Arturo Díaz. "Yo solo era el jefe, pero nunca fui accionista", recuerda.
La pequeña disquera tuvo éxito con el lanzamiento de la artista boricua Melina León. El contrato con Melina y el de otros cuatro artistas se vendió a Sony Latino, según Díaz, hace un par de años.
"Pensé que era más apropiado retirar o reducir la empresa. Don fue gerente general por casi año y medio o dos años, y lo trabajó muy bien. Es muy bueno en ventas, tiene una personalidad muy particular. Nunca tuve problemas con él, yo le deseo a él muchísimo éxito", dijo Díaz en una entrevista telefónica con La Nación.
Para noviembre de 1998, Stockwell ya había cumplido su condena y había cancelado la restitución de sus estafas, así que decidió viajar a las Filipinas donde, según dice, se convirtió en actor. Stockwell aparece en los créditos como actor secundario en la película Doomsdayer, donde actuó junto a Udo Kier. Dice que también apareció en el programa de televisión filipino Keep on dancing .
Stockwell afirma que regresó porque la situación "se puso peligrosa para los gringos" después del 11 de setiembre del 2001. Volvió a Florida y trabajó para la firma Opt-In Inc., en Boca Ratón. Esa empresa -ahora disuelta- y su dueño, Steve Hardigree, han sido señalados como propaladores de spam (correos no deseados) por Internet.
En un comunicado de prensa de la compañía, del 11 de setiembre del 2004, se anuncia el nombramiento de Stockwell como presidente de la firma.
El comunicado dice: "Antes de unirse a OPT IN, INC., Stockwell fue codueño y vicepresidente ejecutivo de 13 Tribes Exports, una firma exportadora basada en Filipinas que mercadea textiles y productos al consumidor desde Filipinas, China y Hong Kong hacia mercados latinos y estadounidenses".
En el Departamento de Comercio e Industrias de Filipinas no existen registros de ninguna empresa con ese nombre.
De Boca Ratón, Stockwell salió huyendo del recuerdo de una novia colombiana con quien terminó abruptamente. "Eso me afectó tremendamente y por eso decidí regresar a mis raíces, a Costa Rica".
Sobre el origen de su dinero, Stockwell afirma que viene de la venta de Tropix I, de sus ahorros como actor y de sus empresas Tropix II y DFS Vision Marketing, que mercadea productos médicos por Internet en Miami. "De plata no hablemos, no me gusta hablar de eso", dijo insistentemente.
Los medios lo han llamado millonario, ricachón, filántropo, actor y farandulero, aunque él desmiente ser millonario.
"Todo se puede lograr con imaginación y creatividad, no se necesita tener millones de dólares para hacer negocios", dice.