Luis Aguilé, el adulto que se convertía en niño cada vez que se subía a un escenario, ya no está más en carne y hueso. El cantante argentino, a quien le sobraban razones para tener una conexión de extenso afecto con Costa Rica, falleció ayer en un hospital de Madrid, España.
Autor e intérprete de más de 800 canciones, Luis Aguilé padecía cáncer de estómago. Fue internado en el Hospital Sanchinarro, en un suburbio del norte de Madrid para recibir tratamiento, pero no resistió. Falleció entonces en ese centro de salud a los 73 años de edad; la noticia fue dada por su agente Víctor Saboya.
Tardó en correr la noticia de la partida de Luis Aguilé y empezaron, de boca a boca, de teléfono a teléfono y en redes sociales de Internet, a aflorar los comentarios de nostalgia de los que hoy son adultos, pero que ayer, cuando eran niños, bailaban a saltos en sus casas cantando al pie de la letra los temas de El reino de Bom Bom .
¿Cuántos de los adultos costarricenses de hoy no tienen, aunque sea muy escondida en su cabeza, la letra de Vivan los niños ? ¡ Vivan los niños, vivan los niños, que tengan siempre ganas de jugar ... la canción fue por “los siglos, de los siglos” el tema emblema del programa Recreo Grande que conducía la desaparecida, Tía Flory con todo y sus llamativos trajes de hada madrina.
Y es que Vivan los niños fue un tema que Luis Aguilé grabó en esta tierra tica con el costarricense Frank Víctory.
Cantar para todos. Si algo tuvo Luis Aguilé fue el ser un hombre de largo alcance. Se sembró a sí mismo en el imaginario colectivo de miles y miles de adultos costarricenses y latinos, a través de sus 58 años de carrera en las que le caló a tres generaciones: las de los abuelos, las de los hijos de estos y las de los hijos de los hijos.
A los niños, los adultos de hoy, les llegó con canciones como Pecos Bill , Mis ahorros , Que viva el león , Manuelita la tortuga y otras. Cada vez que podía, y su agenda lo permitía, venía a la Teletón. Cantaban con él los niños pero hay que admitir que cantaban también sus mamás, y a todo pulmón.
A los abuelos les llegó Luis Aguilé desde que comenzó a los 15 años su carrera; grabó su primer disco en 1956 y para el año 1963 alcanzaba Aguilé el éxito con la canción Dile .
Pero la que caló hondo en muchos abuelos es Cuando salí de Cuba , por mucho su canción más popular. La que es una “denuncia contra la dictadura castrista”, según el propio Aguilé, apareció en un disco grabado con el sello Odeón en 1957 ( Luis Aguilé ) y ha vendido cuatro millones de copias, fue regrabada e reinterpretada por muchos artistas y traducida a 19 idiomas.
Entre las muchas veces que vino a Costa Rica, lo hizo en el 2000 para ser parte del cartel de la ya desaparecida Cadena Mayor, la maratónica artística y televisiva dedicada a los adultos mayores del país.
Una canción suya sigue aún hoy siendo casi parte del inmobiliario de cada hogar porque ha sido adoptada casi como tradición familiar . ¿En cuántas casas de Costa Rica no suena en diciembre, por gusto o porque aún las radios la ponen, Ven a mi casa esta Navidad ?
Amor a Tiquicia. El afecto entre Luis Aguilé y Costa Rica era mutuo. Aquí su cara era bien conocida, tanto que se le quería como a un tico más.
“Tengo una gran afinidad con este país y con su gente tan amable. Este es un país con muchos estudiantes universitarios y la manera de pensar es muy diferente a otros lugares. Además, en mis visitas he cosechado aquí una gran cantidad de amigos, a quienes estimo”, dijo Aguilé a la prensa local en el 2000.
Y es que de tanto ir y venir, Costa Rica llegó a ser, de alguna forma, un motor en los últimos 15 años de su carrera artística.
Para muestra un botón: la famosa revista musical El reino de Bom Bom , basada en la canción de los setentas del mismo nombre, fue creada por Aguilé para ser estrenada en el Auditorio Nacional, a pedido de Gloria Bejarano, quien fue primera dama de la República del país.
“Ella me solicitó en 1994 un espectáculo para inaugurar el auditorio, pues se suponía que estaría listo al mismo tiempo que el museo; eso no pasó y lo estrenamos en el teatro Melico Salazar en ese mismo año”, contó Aguilé a la prensa costarricense.
Y fue El reino de Bom Bom un musical exitoso para Luis Aguilé, con este giró en Argentina, Guatemala, Estados Unidos, y por supuesto, Costa Rica.
Aquella obra para niños no era lo único que había visto Costa Rica de Aguilé. Aún hay gente que puede recordar que a finales de los años 80 el argentino presentó Ahora o nunca , con la colaboración de artistas locales como Alfredo Catania, Rosita Zúñiga, María Cecilia Márquez y Luis Fernando Crespi.
Tanto quería Aguilé a esta pequeña tierra de Centroamérica que, “el eterno cantor” –como le decían–, estrenó en 1998 en el Teatro Popular Melico Salazar la revista musical Yo te espero en Costa Rica , en alusión a una canción suya dedicada a los ticos.
El estribillo de Te espero en Costa Rica es la mejor evidencia de cómo este país había también impresionado, hasta nutrirle, a Luis Aguilé: Te espero en Costa Rica / en mi tierra de colores / donde pájaros y flores / hacen marco a los amores .
Aunque Aguilé fue como un camaleón, es la virtud que tuvo de mantener su niño interior sano y alegre una de las más grandes herencias. ¿Era un niño entre adultos o era un adulto entre niños?
“Soy un niño siempre que subo al escenario”, dijo a la prensa costarricense durante una visita.
Y en Costa Rica, y en otros muchos países, siempre sostuvo la misma exhortativa: que los adultos recuperaran la fantasía que tenían cuando eran niños, por que eso, la capacidad de imaginar, es un tesoro que nadie debería perder.