Luis Demetrio Tinoco, benemérito de la educación

Escribo estas líneas, en el día en que se coloca su retrato en la Sala de Beneméritos

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Una mañana de comienzos de 1990, quizá del 89, asistí al Consejo Universitario de la Universidad de Costa Rica, con una misión específica: entregar un cuaderno de apuntes de don Félix Arcadio Montero enviado por mi tía Claudia Fernández, viuda del Dr. Alejandro Montero, hijo del prócer. Para mi sorpresa, se encontraba ahí, don Luis Demetrio Tinoco Castro quien recibía un reconocimiento de la Universidad. Se daba así una sorprendente coincidencia. Estaban presentes el primer rector de la Universidad de Costa Rica y, espiritualmente, el último de la Universidad de Santo Tomás.








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