En una de las noches más largas del año –debido al llamado solsticio de invierno– miles de costarricenses y extranjeros se desvelaron la madrugada de ayer para disfrutar de uno de los espectáculos estelares más hermosos del año: un elipse total de Luna.
Desde pasada la medianoche y hasta las 3 o 4 a. m., los curiosos se armaron de bufandas, telescopios, cámaras digitales, fogatas,
Las montañas y playas fueron los sitios favoritos para los grupos de amigos, como los aficionados de la Asociación Costarricense de Astronomía (Acodea) o de la Fundación Cientec, en La Garita, Alajuela, y el golfo de Nicoya, Guanacaste/Puntarenas, respectivamente.
Gracias a “los friolentos” que se quedaron en casa, el Valle Central parecía un arbolito de Navidad pues las luces de muchas casas se encendían y apagaban, mientras sus propietarios se asomaban por la ventana a “echarle” un ojito al círculo imponente que se presentaba en lo más alto del firmamento.
El primer mordisco que oscureció parte de la Luna ocurrió cerca de las 12:30 a. m., pero el clímax del eclipse llegó a eso de la 1:45 a. m.
Entonces el satélite quedó envuelto en un color carmesí vibrante hasta casi las 3 a. m.
“Fue un espectáculo simplemente magnífico”, expresó Erik Alpízar, director de Acodea.