EL LENGUAJE MUSICAL de Maná está cada vez más interesado en la toma del poder y, si hay algo que lo confirma, es su última producción: Revolución de amor.
Su estrategia se apoya en todos los ismos posibles -feminismos, pacifismos, indigenismos y ecologismos- y canciones como Mariposa traicionera, Ángel de amor y Justicia, tierra y libertad, entre otras, dejan muy en claro lo que su vocalista principal, mejor conocido como Fher, no se reprime en afirmar: "Más que revolucionarios somos humanistas, ecologistas, creemos en los derechos humanos y en el respeto. Somos un grupo que refleja la cultura latina. Somos como un espejo de lo que sucede".
El que puede, puede, y los cuatro músicos mexicanos, que se reunieron para experimentar con el rock a mediados de los setenta, hoy pueden darse el lujo de contar en sus discos con la colaboración de gente como Carlos Santana y Rubén Blades, figuras de lujo presentes en Revolución de amor.
Para José Fernando Emilio Olvera (Fher), Sergio Vallín, Juan Calleros y Alejandro González, forjadores de uno de los grupos de pop-rock más conocidos de México, llegar al 2003 hablando de amor es lo mejor que podían haber hecho, después de cinco años sin grabar. Revolución de amor es el sétimo álbum de su discografía y el primero de estudio que lanzan al mercado desde Sueños líquidos.
"El amor es la palabra más grande que existe. Este disco habla de diferentes tipos de amor: amor por tu pareja; amor por tus padres; amor por las etnias. Los grandes problemas del mundo existen por falta de amor. El amor es la clave para poder ser tolerantes. Hay que amarnos un poco más, tal vez es ser un poco idealistas pero no nos importa. Para nosotros es fundamental todo el pensamiento hacia esa palabra", comentó Fher en la época de lanzamiento del disco, que salió en agosto pasado.
Lo que aún no está escrito es hasta dónde será capaz de llegar la banda tapatía, pues si ni siquiera cuatro Grammys, 16 millones de copias vendidas y 60 discos de oro y casi el doble de platino han sido capaces de satisfacerlos. Sin embargo, conforme les ha crecido la conciencia también se les ha ampliado el mercado y, a juzgar por los comentarios de la mayoría de la prensa latinoamericana, este es el momento en que Maná habla con más fuerza de los problemas sociales que le preocupan.
Su tema Ángel de amor es, a su juicio, un ejemplo del compromiso social del conjunto. "Era muy importante para nosotros hablar del acoso sexual", explicó Álex, baterista de la agrupación. "Maná es un grupo que está apoyando muy fuerte los derechos humanos de la mujer en todo el mundo y hay unos datos alarmantes en Latinoamérica de acoso sexual y de violencia hacia la mujer", comentó. "Aunque a veces la realidad duele o molesta, creo que es importante hablar de estos temas y traerlos a la mesa".
Todo el power
Estamos a mayo y los integrantes del grupo mexicano siguen desplazándose por América Latina. Su llegada a Costa Rica es inminente y, esperamos, también sea fulminante pues la banda tapatía -oriunda de Guadalajara- no se baja del escenario desde abril. Deben estar extenuados. La situación amenaza con extenderse hasta setiembre, pues harán una gira por Europa en compañía del guitarrista Carlos Santana.
Según los pronósticos de los conciertos realizados hasta la fecha, lo que recibirán quienes asistan al concierto de Maná será una muestra del rock latino por excelencia y, sus canciones, "doce joyas de pop rock latino cuyo único pero es que pregonar el amor, la ecología y la solidaridad a veces resulta una utopía demasiado obvia o manida".
Siempre en su peculiar fusión de rock-reggae, que define a grandes rasgos el sonido de la banda, Revolución de amor ofrece percusión afrocubana y desempolva influencias como las de Sting y The Police o la new wave británica de los primeros ochenta.
Y a propósito de revoluciones, a ojos de la crítica este es el disco más democrático de Maná: "La hegemonía vocal de Fher se rompe dejando paso a Alex El Animal, que firma y canta solo en tres temas. Sergio Vallín emula a Harrison en el sitar y canta en ¿Por qué te vas?. Colaboraciones de excepción son las del rey de la salsa, Rubén Blades, que imprime su inconfundible voz en Sábanas Frías, mientras que el dios del rock latino Carlos Santana rubrica con su guitarra, Justicia, Tierra y Libertad.
Es de esperar que, durante el transcurso los concierto, los músicos derrochen éxitos de otros discos, que no les faltan, pues puede que el amor sea ciego, pero nunca sordo.