Londres. EFE. La mano del ser humano evolucionó no solo para poder usar herramientas o dominar las bellas artes, sino también para mejorar las aptitudes para la lucha, según publicó la revista Journal of Experimental Biology.
Esta publicación se hace eco de una nueva teoría acuñada por científicos estadounidenses, quienes sostienen que las manos cambiaron por la necesidad de formar un puño, el método más eficaz para pegar con fuerza sin hacerse daño a sí mismo.
Según David Carrier, de la Universidad de Utah, esta necesidad explicaría que las manos humanas desarrollaran dedos y palmas cortas junto con un pulgar más fuerte y largo, lo que les permite no solo agarrar cosas pequeñas y realizar actividades delicadas, sino cerrarse en forma de puño.
“El papel que la agresión ha desempeñado en nuestra evolución no ha sido adecuadamente apreciado”, dijo Carrier, que reconoce que habrá gente “a quien no le gustará esta idea”.