El próximo lunes sale a la venta, en España, el disco Para que no se duerman mis sentidos y, tras ocho meses de trabajo, Manolo García asegura que su música es su pequeño oasis para seguir viviendo.
“Gracias a los dioses, las cosas que yo canto a muchas personas le sirven de algo, como a mí me sirve la de Ruibal, Dylan o Mark Knopfler”, dijo el artista, ayer, en una presentación ante los medios españoles.
Una voz conocida tras haber pertenecido al grupo El Último de la Fila, García contó que han pasado tres años desde su anterior disco, Nunca el tiempo es perdido –el segundo en su carrera, como solista–.
En todo ese período, el cantante ha pasado pintando, viajando, asistiendo a conciertos y componiendo los 15 temas de su nueva producción: Para que no se duerman mis sentidos .
Fue el 1 de enero de este 2004, como ocurrió con el anterior álbum, cuando tomó su guitarra, a las ocho de la mañana, y sacó el libro de instrucciones para volver a instalar los aparatos y comenzar a puntear las notas de su nuevo trabajo.
“Eso no significa que para componer haya que ponerse plazos”, dijo. “Me gusta tomármelo como una diversión, aunque sufres momentos malos de sequía, pero la cuestión es ir tocando y desarrollando ideas, sin tensiones y disfrutando, porque la vida son días que van pasando y que no puedes perderlos”, comentó Manolo.
El tercero de la lista
Como resultado de ese proceso nació su nuevo disco. El tercer álbum en solitario, tras su debut, en 1998, con Arena en los bolsillos .
El álbum abre con el tema Una tarde de sol , muy acústico y uno de los cortes más diferentes del disco, en comparación con sus otros trabajos. Continúa con el primer single , Para que no se duerman mis sentidos , grabada en Salvador de Bahía con músicos brasileños, mostrando así sus nuevas miras musicales.
A lo largo del disco se van sucediendo los sonidos aflamencados y árabes, característicos del exÚltimo de la Fila, con los sonidos electrónicos y latinos con los que pretende sorprender a sus fanáticos.
Todo ello con el inconfundible sello del eslabón de su voz, que a veces intenta cambiar, pero que está siempre presente. “Mi intención es no aburrir y no aburrirme, por eso busco colores diferentes”, confesó.
La producción del disco es de Manolo García, con las coproducciones de Pedro Javier González y Nacho Lesko, en algunas canciones. Para la grabación contó con el apoyo de más de 20 músicos y Zoquete.
“Me gusta mucho ocuparme del diseño del disco, el libreto y la portada y aunque esta vez no aparece ninguna de mis pinturas, como no paro de hacer fotos, aunque tan sólo sea un aficionado, siempre ofrezco mucho material fotográfico, que me gusta que se utilice”, afirmó el artista, quien quiere que esa música salga de las fronteras españolas.