San Lorenzo de El Escorial (España), 2 jul (EFE).- Diecisiete años después de la muerte del escritor argentino Jorge Luis Borges, su viuda, María Kodama, sigue recorriendo el mundo hablando de su obra, y asegurando que también "soy salvajemente libre, como él", y por eso "pudo hacerse esa maravillosa relación entre nosotros".
La forma de vivir la libertad del autor de "El Aleph" será precisamente el tema que Kodama abordará en la conferencia que el próximo viernes ofrecerá en San Lorenzo de El Escorial (Madrid), dentro del curso de verano "La insoportable levedad de la libertad".
Para Borges, según su viuda, la libertad era "una ilusión necesaria" que se materializaba, al menos "aparentemente", en "la suma de decisiones" que una persona toma a lo largo de su vida y que, en el caso del escritor argentino, era una noción muy ligada a valores como la independencia y la honestidad.
María Kodama pudo ver de cerca muchos ejemplos de ello pues conoció a Borges a los doce años, y, desde entonces, mantuvo una amistad con él que fue profundizándose durante los años setenta, cuando se convirtió en su inseparable compañera, especialmente tras la muerte de la madre del escritor, hasta que se casó con el autor de "Ficciones" por poderes, en abril de 1986, meses antes de que el escritor muriera, en el mes de junio de ese mismo año.
Tener una vida ligada a la de un gran personaje como fue su marido no ha supuesto para María Kodama ninguna renuncia a su propia libertad: "no, porque fue mi elección, mi decisión, además yo he ido desde los doce años haciendo una vida paralela, terminé mis estudios, la universidad, trabajé como profesora, tengo mis amigos, mi vida es mi vida y fui adaptándola a él, pero como una mujer que tiene hijos también tiene que adaptarla a la de su familia".
"Pero eso no significa que yo haya renunciado a nada, sino que, al contrario, ha sido algo que ha completado de una manera maravillosa mi vida", explica mientras apunta que a veces se cansa "físicamente, no interiormente" de ir de un lado para otro del mundo participando en conferencias, homenajes y actos a los que asiste, además, como presidenta de la Fundación Internacional Jorge Luis Borges.
"A veces pienso en tomarme un año sabático", dice sonriente.
María Kodama lleva tiempo indecisa ante la propuesta de publicar sus propios cuentos. Dice que el proyecto está en manos de un editor y que puede salir en un año, aunque no lo asegura porque "a mí realmente no me interesa la publicación, me interesa divertirme haciéndolo".
"Para mí escribir es como un jardín secreto. Yo allí estoy, me divierto, tengo mi club de lectores que son mis amigos, antes eran Borges y otro poeta argentino también fallecido. Pero cuando algo se publica deja de ser un jardín secreto, ya es otra historia, pierde interés", cuenta Kodama para añadir que si ahora ha decidido sacarlos a la luz "es porque ya encontré otro jardín secreto", del que no quiere dar pistas.
También seguirá trabajando en los nuevos proyectos de la Fundación, que recientemente ha recuperado los derechos de la revista creada por Borges "Proa" con el proyecto de volverla a publicar en Buenos Aires, y que también planea la creación de unos circuitos de turismo intelectual que recorrerán los lugares del escritor así como la creación de un museo "con todas sus cosas" que, en principio, estaría en Buenos Aires.
Cuando se le pregunta por la "leyenda negra" o las polémicas que acompañan a muchas de las viudas de los grandes escritores, especialmente si se trata de relaciones con mucha diferencia de edad, María Kodama, que fue abiertamente criticada por la familia de Borges y otras personas de su entorno, no duda en decir que detrás de ello hay "envidia, simplemente".
"Esas polémicas nunca me han inquietado porque cuando uno sabe cómo ha sido la vida, lo que los demás dicen no importa", agregó. EFE
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