Las especies de mariposas del bosque seco del Área de Conservación Guanacaste (ACG) quedarán debidamente inventariadas e identificadas en una “biblioteca”; esto, luego de analizar la información contenida en su ADN.
Un proyecto científico liderado por Daniel Janzen, ecólogo estadounidense radicado en Costa Rica, se ha dedicado a recolectar muestras de todas las mariposas de dicha área para extraer la información de su ADN, que permita definir perfiles más precisos.
Los datos extraídos del material genético permitirán a los científicos determinar con certeza a qué grupo biológico pertenece cada individuo pues en algunos casos han sido agrupados por características físicas similares, pero no necesariamente por compartir su composición genética.
Tras el análisis será posible conocer la cantidad real de especies en el área. También se estudian muestras de orugas y las plantas que hospedan a las mariposas.
“Cada mariposa se clasifica con un número y se le quita una pata, que se codifica según al individuo al que pertenece. Luego se envía a un laboratorio en Canadá, donde se hace la lectura del ADN”, explicó Ruth Franco, asistente de investigación del proyecto.
De este modo, la biblioteca conservará un ejemplar de cada individuo recolectado con su respectiva codificación genética, las coordenadas geográficas en las que se recolectó y la familia, género y especie a la que pertenecen.
Código de barras. Janzen y su equipo quisieron dinamizar y perfeccionar el proceso de identificación de las especies de mariposas.
Para ello, tomaron como modelo el proyecto de barcoding (código de barras), una iniciativa de Paul Hebert –científico de la Universidad de Ontario en Canadá– quien propuso en el año 2003 identificar las especies a partir de una pequeña parte de su código genético.
La información genética es única y exclusiva para cada una de las especies que habitan la Tierra y está presente en la piel, el pelo, la sangre y otros fluidos del organismo.
A partir de esa información individualizada, los científicos planean generar un código de barras para cada una de las especies de mariposas, similar a los que se utilizan para identificar productos en los supermercados.
“El ADN es como un gran libro de recetas. Ahí está la información para producir pelos, ojos, piel, etc. Así se forman los seres vivos a partir de las recetas particulares para cada especie. Nosotros tomamos una pequeña parte de esa receta y obtenemos de ella la información necesaria para identificar las características únicas del individuo”, destacó Janzen, quien ha trabajado por casi cinco décadas en el bosque seco de Guanacaste.
El material genético está conformado por cuatro letras que codifican nuestras características a partir de miles de combinaciones. Así, las letras A, C, G y T se unen en cadenas de ADN y constituyen esa receta a partir de la cual se genera cada parte de los seres vivos.
Pero en estas cadenas se resguarda una enorme cantidad de información de cada individuo, que aun hoy se sigue descifrando poco a poco. Por esa razón, para este proyecto se ha identificado solamente una parte muy pequeña del código genético, pero lo suficiente para saber a qué especie pertenece y sus características generales.
“La pieza que usamos para esta identificación es un gen que no cambia en el tiempo: el que define la respiración de oxígeno. Si ese gen muta, el individuo muere, por lo que es una forma de asegurarnos de que la identificación por medio de él será certera”, agregó Janzen.
Sus aplicaciones. El investigador destacó las aplicaciones de este proyecto para la ciencia, la industria, la agricultura y la salud.
Por ejemplo, cuando un cultivo se ve atacado por una plaga, el agricultor puede identificar, por medio de la simple observación, el insecto que está causando el daño.
Pero si logra identificar el insecto por medio del código de barras, se podrá conocer con certeza el nombre, la especie y otras características y así destinar los recursos específicos para combatir la plaga de manera más efectiva.
Esto también se aplicaría en las especies protegidas por ley; por ejemplo, cuando hay un tipo de árbol cuya tala está prohibida, es importante saber si se trata de una sola especie o de varias con las mismas características físicas.
Los lectores de ADN actuales son máquinas muy grandes y costosas, que solo se pueden utilizar y mantener en un laboratorio, pero Janzen confía en su evolución.