Maybelline Temple: “¡Pele el guacho! Llegó la Mop que promete”

En un dos por tres las redes sociales y la televisión transformaron, a esta cantante de ‘reggae’ y animadora, en un personaje mediático con 99 mil entradas en Internet, 30 mil amigos en facebook, su e-mail colapsado, un espacio radiofónico en ‘El manicomio de la risa’ y pronto otro en canal 7.

La fama la persigue a donde vaya pero “no soy una agrandada, estoy bien ubicada”. A nadie “le pela el diente” y si bien las ha visto negras desde chiquilla en Limón, es una mujer con esperanza, aunque haya estado en situaciones desesperadas.

A muchos les habrá pasado lo mismo o peor. Violada en la niñez, marginada por negra y mujer, explotada y solo Dios sabe que más, blindó su carácter contra la adversidad y el torbellino de la vida no se la llevó. “He luchado mucho por lo que tengo y por lo que quiero tener”.

Sus pintorescos gestos y salidas idiomáticas le abrieron nuevas oportunidades de trabajo, mientras humeaban los restos de su “rasta mop, la mía , la que prometía, le había metido plata, pintura y por último le iba a meter al men”.

Aquel holocausto, en vísperas navideñas, fue su presentación en sociedad. Sin rencor, desgrana sus soledades, como si hubiera nacido un día que Dios estaba en vacaciones.

Tiene 38 años. Creció en Limón. Medio estudió. Se enamoró. Quedó embarazada a los 14 años, parió mellizos y vivieron solo cuatro horas. Pasó todos los círculos del infierno y salió de ahí con una fe renovada. Tuvo dos hijas soltera y con su marido dos más, pero este le “dio vuelta” y no le “aguantó carga”. Siguió adelante, sola.

Hay tontos que nunca asimilan el éxito, solo los inteligentes se sobreponen al fracaso. Maybelline pasó la prueba del ácido y ahora imparte charlas de motivación personal y cobra $300; pronto sacará al mercado su línea de camisetas con frases como: “la mop que promete”, “este mop sí promete”, “esta mop sí promete” “promete mop”, y editará su disco.

En la sala de su “nueva” casa solo hay un sillón desvencijado; sin mesa para comer; sin artilugios domésticos; duerme en una cama regalada; le falta todo, pero le sobra dignidad.

-- ¿De dónde viene?

--Nací en Nicaragua y de carajilla me llevaron a Limón y ahí me crié. Tengo varios hermanos por parte de mi papá, que solo puso el semen porque mi verdadero padre, el que me crió y llamo como tal es Fernando Davis. El otro murió en Estados Unidos, Walter Temple Bedford, me dio el apellido; jugaba muy bien béisbol y era un gran “pitcher”, hasta salía en los periódicos.

-- ¿Le ayudó el incendio?

--En ese momento una no ve que eso la lleve a nada. El incendio me trajo mucho trabajo; hoy en día, me llaman de todo lado, antes no “generaba ni costra”. Yo veía a tanto “bombeta” y yo con tanto talento y no me llamaban, eso me obstinaba; “al chile”, esa casa se quemó en buena hora. Ahí viví diez años, uno siente un duelo, los vecinos eran medio odiosiollos y yo era la “caché” del barrio.

-- ¿Es una víctima?

-- ¡Dios guarde pa!. Odio eso, lo odio, eso no fue lo que vieron en la tele el día del incendio de mi “chante”; odio que piensen que soy una pobrecita; por muchos años fui víctima de la violación y el abuso; víctima de todo, de ir al trabajo y que no me pagaran; eso ya pasó; tengo mi carácter sin ser malcriada ni vulgar; soy respetuosa, sumisa cuando debo serlo, obediente sin someterme a “cualquier patas vueltas”. Hay que dejar de llorar por todo y de vivir en una pura quejadera. ¡Qué pereza!.

-- ¿La violaron?

--Desde los ocho años, fueron hombres que llegaban de visita a la casa de mi abuela. De esos cinco, solo quedan dos vivos; a uno lo perdoné y creo que se fue bien de este mundo. Ser violada es peor que le digan a una que tiene cáncer o sida y que se morirá mañana. Eso me marcó y generé mucho odio, resentimiento; pasaba enojada, me agarraba con todo el mundo y era una cosa triste, muy triste.

-- ¿Habla en exceso?

--Dicen que soy el “alma de la fiesta”, vacilo, interactúo, socializo, soy simpática; abro mi espacio para que me conozcan porque no “tengo rabo que me majen”. Solo en el amor soy tímida y no me llevo con los hablantines.

-- ¿Era parrandera?

--¡Uff! Nunca tomé ni fumé; el vicio mío eran las discotecas y caí en las adicciones sexuales fuertes; era una joven muy sucia; no podía vivir sin sexo; ahora puedo, “soy sabatina”. Tengo 10 años de divorciada y sin rajar me sobra con quien “mop”, tengo muchos admiradores que me llevarían hasta la cima del mar, pero ahora es otra cosa, vivo para Dios desde 1992.

-- ¿Estudió algo?

--Quería ser doctora. Fui al kínder de Limón, de ahí pase a la escuela Rafael Yglesias Castro # 2 y al Liceo Nuevo de Limón donde cursé un año y salí embarazada a los 14 de mi primer novio del cole; era un negrote que “prometía” y con él procree los mellizos Jeinel y Jeikel. Hablé con una amiga para abortar, ¡por dicha no lo hice! A los siete meses los tuve en el Tony Facio; nacieron vivos y normales. Los ví, los alcé. Me anestesiaron por cuatro horas y cuando desperté me dijeron que estaban muertos.

-- ¿Y qué hizo?

--Salí “diabla”, lista para matarme “men”; salí traumada, no me vieron psicólogos ni nada. Cambiaba de novio por quincena; me acostaba con todos lo que me daba la gana. Estaba “crazy, crazy, crazy”, esa locura me duró hasta los 20 años. El negrote se fue a los Estados y se portó como un imbécil, le dijo a mi mamá que los mellizos no eran de él. Los dos éramos unos chiquillos.

-- ¿Tuvo más hijos?

--Cuatro hijas más. Emayralin Temple López, de 22 años. Ella no tuvo papá, el “mop se esfumó por los aires”. Tengo a Génesis Henry Temple, de 21 años, esa sí tenía un papazote, fue Alfred Henry Smith –Mr. Carnaval–, el mejor de todos los que he conocido, ese hombre mantenía hasta a los que no eran de él. Me casé con Jorge E. C., un blanco de Turrialba; con él tuve dos hijas Diashy, de 16 años y Keithline, de 10 años.

-- ¿Y su marido?

--Con él estuve casada 10 años y me divorcié por su infidelidad. A ese a “men” lo amé hasta que no pude más; me dolió mucho pero el persistía en su adulterio y fue muy duro. Me arriesgaba a que me diera una enfermedad; él no quería darme el divorcio y al final lo hizo; se casó con otra mujer y ahora tiene una niña. No me da ni “un quinto”, uno no puede dar lo que no tiene.

-- ¿Qué la hizo conocida?

--Para ponerlo “más así” se me tuvo que quemar el “chante” para que Costa Rica y el mundo entero supiera que yo vivía en esa casita de madera. Ese día del incendio el camarógrafo de canal 7 me vio muy activa entre la gente, andaba en medias, en “short” y con un buzo. Le dijo al periodista Luis Carlos (Monge) que me entrevistara; él dudó, dijo que no pero el camarógrafo lo convenció y así me descubrió el canal.

-- ¿Qué le dijo?

-- Esto: “la mía era la rasta mop, la mía era la que prometía, le había metido plata, pintura y por último le iba a meter al men, pero diay ya se me quemó y ahora no sé”.

-- ¿Cuál ‘men’?

--Anda por ahí, es mi novio de año y seis meses. Se llama Christian, no es mari-novio ni tiene derechos de nada, si quiere de “l’otro” nos tenemos que casar, si no no; desde que se me arrimó le dije: vea men me hago novia suya si atiende diez condiciones; una de ellas fue no fornicar y la otra quería ser la única, yo no voy con la infidelidad. Soy una mujer que vive para Dios y si no “entendía va volando”.

-- ¿Y' matrimonio?

-- Me quiero casar, si este no quiere ni modo, hay mil más que sí “mop”. Christian es tan tímido, casi no habla y cuando lo hace me divierte, me vacila mucho. Es mulato; lo conocí haciendo un trabajo de animación. Tiene 31 años; es soltero. Está asustado y los “compas” del trabajo le preguntan “varas” de mí, de la “Mop que promete”.

-- ¿Está guapa?

--En lo físico me considero un mujer hermosa, con un cuerpo que más de una se deseara tener con tantos hijos; tengo una cara pasable, el “tarro” mío promete, soy atractiva y los hombres son de lo más expresivos, me encantan por eso, aunque a veces se pasan.

-- ¡Qué creída!

-- Lo que me ha pasado desde niña me generó un gran carácter; soy una mujer espontánea, transparente, leal, íntegra, misericordiosa; me pongo en los zapatos de la gente para entender qué le está pasando; de las malas experiencias, depende como una las asimile se puede convertir en superhombre o supermujer; hoy en día soy una supermamá.

-- ¿La marginaron por negra y mujer?

--Los que me quieren me quieren y los que no “van jalando”. Nadie me estresa; antes subía a un bus y los blancos se cambiaban de asiento o sacaban la cabeza por la ventana y me decían hedionda. Este año ando con la “jupa en otras varas”; me vale lo que la gente piense de mí, si me aceptan o no, si me quieren apoyar o no.

-- ¿Duerme tranquila?

--Cuando actúo mal tengo pesadillas; antes eran muchas, siempre soñaba con todo lo que me había pasado, tenía muchos temores y era insegura, cualquier cosa me asustada, vivía en un puro terror nocturno. Ahora sueño con verme como Dios quiere, ser una mujer exitosa, emprendedora, que es capaz de conquistar el corazón de cualquiera; veo a mis hijas, a mis nietos, me veo al lado de mi esposo.

--¿De qué vive?

--Puedo “rajar”, como la “Mop que promete” la vida me cambió para bien, porque antes no tenía “ni un pito”, tenía que “pulsiarla”, “chapiar patios” machete en mano y no generaba “ni costra”. Canto, animo eventos y ahora soy motivadora de vida; doy conferencias en empresas y le dije a mi “manager” que cobrara $300 por charla. En el Manicomio de la risa tengo un salario, estoy asegurada. Mi exmarido me da “puros chuminos”; ese “men” no sabe que subió el arroz pero con él o sin él mis hijas siempre han comido y han tenido donde dormir. Ya compré los útiles y pago la microbus; la ayuda del IMAS fue esencial en este nuevo arranque; me dieron ¢800 mil para una casa de alquiler. Voy para cosas demasiados grandes, no es ni para atrás.

-- ¿Y la nieta?

--Se llama Ayshell. Tiene seis semanas y no la conozco. Es de mi hija mayor, vive en el Barrio Los Cocos en Limón; ella es soltera y el padre respondió bien. Es mi primera nieta y agarró una abuela que “promete y medio”. Tengo una bolsa llena de cosas que le compré; ropa, mucha ropa linda y fina, algo que en otros tiempos no hubiera podido “men”.

-- ¿Es creyente?

-- Sí pero no religiosa. No soy de las que solo van a la iglesia y toda esa “hablada”; estoy en la tierra para cumplir un misión y por eso no me da miedo la muerte. Desde hace tres años voy al templo Óleo de Gozo, en el Antiguo Galerón de las Ofertas carretera a Ipís. Antes estuve en muchas, andaba como “abejón de mayo” y no pegaba en ninguna. Mis hijas van sin que las empuje, a veces uno comete el error de que uno llega a la conversión y quiere “cuerear” a todo mundo para que vaya.

-- ¿Consume drogas?

--Nunca. A los 15 años me ofrecieron marihuana y no le “entré a eso”. Pude inhalar cocaína o alcoholizarme, pero no. Mis padres tomaban mucho y eran muy fiesteros. Yo tenía que llevar a mi mamá a la cama y eso me caía “súper mal”, me ponía triste. Mami fumaba mucho y no soporto ver a una mujer fumando.

-- ¿Usa las redes sociales?

--Más o menos; hacen la vida más fácil. Me convertí en una mujer de la red social, tengo más o menos 30 mil fans en Facebook –mabybellinelamopquepromete–. Está dirigido por unos chicos de una agencia publicitaria; saco el rato con una amiga y me pongo a contestar correos. Tenía mi Facebook pero ningún amigo, solo “cuatro gatos”; después del incendio se “taquió”.

-- ¿Es un ejemplo?

--El mismo pueblo lo ha dicho. Siempre he tenido mucha presencia; entro a un banco y todo el mundo se me queda viendo. La gente me mira por la calle y me dice que soy una mujer valiente, que todos los ticos deberían ser como yo; me paran en la calle y no puedo ni ir al mall. Se me vienen encima, me admiran. Salgo por un mandado y duro horas para regresar; eso no me molesta.

-- ¿Es usted un poco ‘chusmosa’?

-- No, tampoco corriente, ni igualada. Se darme mi lugar, trato a todo el mundo como me gustaría que me trataran; nadie es más que nadie por ninguna posición. No soy confianzuda, doy confianza y la gente que se pasa, la he tenido que frenar, parar. “¡No papito!”, se van por otro lado, creen que soy liberal, fácil, me echan el cuento “al descaro”, me ofrecen motel, masajes, ahí es donde tengo que sacar lo que yo tengo; hay unos que “se bajan” y me piden disculpas, me les paro, “no se equivoque men”.

-- La última: ¿usted se cree este cuento?

-- Estoy ubicada; la misma gente que me tira para arriba, mañana me tirará para abajo.