Mami, me duele mucho la panza"... ¡Cuántas veces escuchamos esas palabras en la boca de nuestros hijos! Sin embargo, no les damos importancia, o buscamos la botellita del antiespasmódico, les damos una cucharadita, y listo: se acabó el dolor.
Es posible que nunca haya pasado por nuestra mente que nuestros hijos podrían presentar un cuadro de apendicitis, donde las primeras 48 horas son vitales para salvarlos de las -incluso graves- complicaciones de una peritonitis (perforación del apéndice).
El problema es que debemos estar más alertas de lo que imaginamos, pues nuestro país cuenta con una alta frecuencia de esta inflamación del apéndice, un "saquito" localizado en la primera parte del intestino grueso.
Un promedio de tres operaciones (apendiceptomías) se realizan diariamente (unas mil por año) sólo en el Hospital Nacional de Niños, detalló el cirujano de ese centro hospitalario, Orlando Urroz Torres. Aquel número sería aun más elevado si se suman las operaciones realizadas en otros hospitales del país y en las clínicas privadas, pero no hay estudios al respecto.
Urroz compara esas cifras con las que él observó en Suiza y Francia durante sus estudios especializados, y que apenas llegaban a una apendiceptomía por semana o una cada tres días.
"Aquí es un problema serio, casi de salud pública. Con esta frecuencia, es un asunto que hay que abordar", destaca Urroz.
¿Sirve para algo?
En nuestro país, la apendicitis es una enfermedad de escolares y adolescentes que muestra picos de incidencia. Es extremadamente rara en recién nacidos, pero aumenta en los niños de 3 y 4 años. Continúa el ascenso especialmente entre los 6 y 7, y los 12 y 13 años, con el pico más alto de incidencia entre los 9 y 11 años de edad.
Luego se presenta otro aumento de la frecuencia en la adolescencia y empieza un descenso en la edad adulta. Sin embargo, detalla Urroz, hay un leve pico entre los 50 y 60 años.
La ciencia médica aún no ha podido explicar cuál es la función del apéndice, que puede medir, en su estado normal, entre 3 milímetros y 12 centímetros, según la edad de la persona.
Urroz explica que sí existen hipótesis al respecto. Hay quienes creen que el apéndice cumple algún proceso de defensa (inmunológico) en el organismo, pero esto no se ha demostrado, y hay quienes más bien consideran que es un remanente embrionario en involución, es decir, que podría llegar a desaparecer en la raza humana algún día.
¿Poca fibra?, ¿herencia?
No hay nada demostrado, solo hipótesis de por qué, en determinado momento, este saquito se inflama y comienza a dar problemas. Algunos creen que la apendicitis se da por un proceso obstructivo. Por el apéndice circula materia fecal; se cree que por alguna causa se produce una obstrucción, y dicha materia no puede salir, lo que provoca la infección. Por eso también hay quienes especulan que las personas con estreñimiento son más propensas a padecer apendicitis.
Otra hipótesis apunta a los antecedentes familiares, pues, pese a que no hay nada demostrado, los médicos se encuentran algunas veces con familias enteras que han sido operadas de apendicitis.
Hay quienes consideran también que se presenta un fenómeno vascular y que, al disminuir el flujo sanguíneo, se produce un infarto del apéndice; mientras, otros han observado que la inflamación puede ocurrir por cuerpos extraños, como los parásitos.
Y ¿qué hace que Costa Rica tenga una incidencia tan alta, comparada con otras naciones? Según Urroz, algunos científicos asocian ese caso a las condiciones alimentarias ya que en nuestro país es escasa la dieta rica en fibra.
La apendiceptomía es una operación sencilla, y el tiempo de hospitalización es de 48 a 76 horas; pero, según Urroz, eso dependerá del grado de avance con el que llegue el paciente al hospital. Si hay perforación del apéndice (peritonitis) la estancia y las complicaciones serán mayores.
En Costa Rica, según el médico, son casi inexistentes las muertes por esa enfermedad, pero tal vez lo más indicado sea que la próxima vez que tengamos en nuestro hogar un dolor de estómago, estemos más atentos a su evolución.
Tiene fiebre, dolor...
Un estudio realizado en el Hospital Nacional de Niños mostró lo siguiente:
En el 97.6 por ciento de los casos había fiebre, dolor que empezó alrededor del ombligo y fue localizándose al lado derecho inferior del abdomen. También hubo endurecimiento muscular en esa misma zona.
El 76 por ciento presentó vómitos.
El 16 por ciento sufrió diarreas; 2,8, distensión abdominal. Sin embargo, es importante destacar que estos dos últimos síntomas son más frecuentes en los niños menores de cuatro años.No encubra los síntomasEl Dr. Orlando Urroz hace las siguientes recomendaciones para los padres de familia:-No le dé medicamentos para el dolor. Es difícil para un padre ver a su hijo con dolor sin medicarlo, pero es importante comprender que con eso solo lo aliviará transitoriamente, la infección continuará y el apéndice se puede perforar.-También hay que descartar la existencia de una infección en la garganta o en los oídos, o una neumonía, pues, aunque esas infecciones están lejos del estómago, en algunas ocasiones pueden dar dolor abdominal. Hay infecciones de vejiga que provocan un dolor similar. Si tiene estas dudas, tampoco le dé antibióticos, pues puede encubrir los síntomas y el niño llegaría tarde al hospital.-Lo más indicado, siempre que se sospeche de una apendicitis, es que el niño o joven sea evaluado por un médico, ojalá en las primeras 24 horas desde que comenzó el dolor, y se le hagan los exámenes que el galeno considere necesarios. Entre estos se encuentran la palpación, el hemograma, el análisis de orina y el ultrasonido.
Fuente: Documento elaborado por los médicos Juan Corrales y Orlando Urroz (1989).