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Washington. efe Millard Fuller, el millonario cofundador de Habitat for Humanity, una organización cristiana dedicada a la construcción de viviendas para pobres que cuenta con presencia en 22 países de América Latina y el Caribe, falleció ayer a los 74 años.
Fuller, que abandonó Habitat for Humanity en 2005 por diferencias con su junta directiva, dedicaba actualmente su tiempo a proyectos del Fuller Center for Housing, la organización que fundó hace tres años junto a su esposa, Linda.
En una entrevista telefónica con medios estadounidenses desde su casa en Americus, en el estado de Georgia, Linda afirmó que la causa de la muerte no ha sido identificada, y que llevó a su marido a urgencias tras quejarse de un dolor en el pecho y de dificultades al tragar.
La pareja planeaba celebrar sus bodas de oro en agosto con una maratón de construcción de 100 casas alrededor del mundo, dijo Linda.
“Seguramente seguiremos adelante con la maratón. Millard no querría que la gente lamentara su muerte. Preferiría que cogieran herramientas y empezaran a construir una casa para la gente que la necesita”, añadió.
Habitat for Humanity nació en una pequeña granja de Americus, en el estado de Georgia, en los años 1976, y su primera delegación internacional se abrió en Zaire, en la actual República Democrática del Congo, desde donde empezó a expandirse hasta contar con presencia en los cinco continentes.
En 1979, Habitat abrió su primera sede en América Latina, en Guatemala. Actualmente, la guatemalteca sigue siendo la delegación más activa en el continente, con más de 27.000 casas construidas, seguida de cerca por la mexicana, con casi 20.000 viviendas.
El crecimiento de la rama latinoamericana de Habitat es además especialmente fuerte en Bolivia, Honduras y El Salvador, países donde se han construido más de 6.000 hogares.
En cambio, la presencia en América Latina de la organización que lleva el nombre del millonario, el Fuller Center for Housing, es aún limitada, con proyectos locales de construcción en Perú, desde 2007, y en El Salvador, desde 2008.
La “teología del martillo” que predicaba Fuller le llevó a construir más de 300.000 casas en los 30 años en que dirigió Habitat for Humanity, con la ayuda de una extensa red de voluntarios que incluye a estrellas de Hollywood, importantes políticos y líderes mundiales. Fuller será enterrado hoy en la granja Koinionia, donde inició su labor con Habitat for Humanity.