EL AMOR Y LA MUERTE son categorías siempre en relación, incluso pueden ser una sola actitud si la fidelidad aparece como una condición subyacente. Esos espacios los vemos en la última producción de un cine costarricense que se revitaliza poco a poco, pero sin timidez.
Ahora se trata de la película Mujeres apasionadas, dirigida por una mujer que ama el cine, que lo vive intensamente, como lo es Maureen Jiménez, quien realizó el largometraje con los recursos que tenía a mano, haciendo palpable su propia mano. Para ello, al filmar, escogió la ruta digital, sin entrar al alto costo del cine de 35 milímetros.
La alta y buena tecnología de las cámaras digitales es buen recurso para abaratar costos en una cinematografía, como la costarricense, de escasos recursos económicos. Ahí está Password (2002) para demostrarlo, y que fue bien recibida el año pasado.
Este nuevo reventar del cine costarricense, en largometraje, tuvo su soplo con Asesinato en El Meneo (2001), del equipo de La Mestiza, donde Maureen Jiménez tiene una importancia relevante. Ahora, ella no solo ha dirigido el filme, sino que también compartió la escritura del guión con la dramaturga Claudia Barrionuevo.
Ellas fueron recreando un mundo tan imaginario como posible donde la infidelidad se emparenta con el amor (porque no siempre la infidelidad es desamor), donde el amor asume el rostro más expresivo de la identidad femenina y donde la muerte resucita pasiones. Esto es Mujeres apasionadas (2003).
Para algunos puede ser una historia romántica, para otros un drama sobre el desgarramiento del amor; por eso, las guionistas coinciden en que la cinta puede desatar polémicas, dicen: "Ver a mujeres capaces de separar el amor del sexo, dispuestas a gozar de una sexualidad plena, quizás resulte fuerte para algunos; y asumir la infidelidad desde la curiosidad o la traición sin odio puede ser polémico".
Para esto, el filme narra las relaciones que cuatro mujeres tuvieron con un mismo hombre: Mario. Ellas son Cecilia, Aurora, Marielos y Beatriz, quienes reciben un extraño mensaje para presentarse a un mismo lugar, en igual día y a la misma hora. También llega Daniela quien se presenta como la amante de Mario, tanto como si fuera su esposa, o su viuda, porque Mario ha muerto.
El encuentro se abre como la ventana de un confesionario, sin inhibiciones, con escenas de amor erótico y con desnudos. En el reparto aparecen las actrices costarricenses Claudia Catania, Alejandra Portillo, Moy Arburola y Grettel Cedeño, y los venezolanos Carlos Mata y Mimi Lazo.
El título del filme nos recuerda el de una excelente película de 1969, del británico Ken Russell, basada en una novela de D. H. Lawrence, y que le dio un Oscar a Glenda Jackson. Es que la pasión siempre es un buen tema para el cine.