París, 1 ago (EFE).- La muerte hoy de Marie Trintignant, trágico desenlace de una disputa entre amantes, conmociona a los franceses, que recuerdan a la actriz mientras la suerte del cantante Bertrand Cantat, sospechoso de golpearla, está en manos de la justicia.
Víctima de un edema cerebral, la artista nacida hace 41 años en una de las familias más famosas del séptimo arte francés falleció en Francia, como deseaban sus familiares, que la víspera la habían repatriado desde Lituania en estado de muerte cerebral.
El mundo del espectáculo está de luto por la pérdida de una actriz que actuó en unas cuarenta cintas y una decena de obras teatrales, varias de ellas junto a su padre, el famoso actor Jean-Louis Trintignant, y unas cuantas dirigidas por su madre, Nadine Trintignant.
Fue de la mano de su madre como a los cuatro años hizo su primera aparición en la pantalla, en "Mon amour, mon amour" (1967).
Marie y Nadine eran coautoras del guión de la película de televisión sobre la famosa escritora Colette, con motivo del quincuagésimo aniversario de su muerte en 2004, cuyo rodaje se estaba acabando en Vilna cuando tuvo lugar la tragedia.
Tras una velada al parecer generosamente regada con alcohol el pasado sábado, la actriz y su compañero sentimental, el líder del grupo de rock Noir Désir, tuvieron una disputa en el hotel de la capital lituana donde se alojaban durante el rodaje.
Cantat, de 39 años, ha declarado a la policía y justicia lituanas que la abofeteó y ella se cayó.
Fue "un accidente tras una disputa, una locura, pero no un crimen", insistió el destrozado cantante el pasado jueves.
El abogado de los Trintignant, que cursó una demanda contra Cantat a comienzos de semana, afirma que las heridas que presentaba Marie no podían ser resultado de una caída, sino de repetidos golpes.
Se conjetura que la disputa fue por celos: la actriz, al parecer, planeaba irse de vacaciones con el padre de los dos últimos de sus cuatro hijos, el cineasta Samuel Benchetrit, lo que pudo disgustar a Cantat.
Los investigadores en Francia, que han tomado declaración a allegados de la pareja en busca de información, planeaban escuchar hoy a Benchetrit, que, según el vespertino Le Monde, habló por teléfono varias veces con Cantat la noche de los hechos.
No hay testigos directos de la disputa y se ha apuntado que el cantante tardó mucho en darse cuenta de la gravedad del estado de la actriz, "seis horas" perdidas, según le reprocharía Nadine Trintignant, que además alegó antecedentes de "mujeres golpeadas" en la vida del cantante, lo que él refutó.
El fundador de Noir Désir, que con la muerte de la actriz puede ser acusado de homicidio en Lituania, es objeto de una investigación ampliada en Francia por "heridas y golpes voluntarios que han llevado a la muerte sin intención de causarla", un delito penado con hasta quince años de prisión.
El ministerio francés de Justicia se muestra optimista de que el cantante pueda ser entregado a Francia para juzgarlo, una vez que la investigación policial en Lituania haya concluido.
Cantat, cuya detención preventiva hasta el 14 de agosto se dictó el jueves en Vilna, fue trasladado hoy al hospital de la prisión por temor a que intentara suicidarse, dado su estado mental.
Mientras, se sucedían las reacciones en Francia ante lo que el actor Lambert Wilson, compañero de Trintignant en "Colette", llamaba una "verdadera tragedia".
El presidente francés, Jacques Chirac, lamentó la "injusticia de un destino tan brutalmente roto", mientras el ministro de Cultura, Jean-Jacques Aillagon, rendía tributo a una "mujer libre" y "una de las actrices más entrañables de su generación".
El primer ministro, Jean-Pierre Raffarin, apenado por una muerte que "sume a muchísimos franceses en una profunda tristeza", evocó la "gracia" y "aparente fragilidad" de Trintignant, que le permitieron encarnar con "una inteligencia siempre sutil" personajes con "múltiples facetas".
Marie Trintignant, cuya carrera despegó con "Série noire" (1979), de Alain Corneau, a los 16 años, en el papel de una adolescente con problemas, rehuía el glamour y tenía un apartamento en París frecuentado por artistas alternativos.
"Mi viuda está hecha de trozos de vida", dijo quien interpretó en su prolífica carrera a personajes en situaciones extremas y marginales.
Por ejemplo, en "Une affaire de femmes" (1988), de Claude Chabrol donde, junto a Isabelle Huppert, hizo de prostituta, o en "Betty" (1992), también de Chabrol, donde interpretaba a una alcohólica.
También llevó a la pantalla grande o pequeña su militancia feminista, como en "Victoria, ou la douleur des femmes", bajo la dirección de su madre, una serie para France 2 que la cadena volverá a proyectar este fin de semana en homenaje póstumo. EFE
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