Al bajar los escalones que conducen al sótano de la Escuela de Artes Musicales de la Universidad de Costa Rica (UCR), un mundo en miniatura espera ser descubierto.
Basta tocar un timbre para que mariposas, escarabajos y arañas se asomen tras las vitrinas. Algunas cucarachas no se están tan quietas y se desplazan por la urna, dejando ver los detalles de su anatomía.
Allí se encuentra el Museo de Insectos, el cual cumple hoy 50 años de dedicarse al estudio del grupo de animales más diverso en el orbe.
Fue fundado en 1962 por Álvaro Willy Trejos, con el fin de contar con una colección destinada a la investigación y docencia. De esta manera, los estudiantes conocerían sobre entomología a partir de observar el insecto.
Sin embargo, una colección de más de 500.000 insectos podría interesar a otras miradas y, por esa razón, el museo abrió sus puertas.
“Se quería mostrar al público la gran diversidad de insectos que tiene el país; unos benéficos y otros perjudiciales, otros relacionados con medicina y otros con la agricultura (...). La sala se abrió para que cualquiera tuviera la oportunidad de aprender sobre ellos”, comentó Hugo Aguilar, director del Museo de Insectos de la UCR.
Con medio siglo de funcionar, otros son los retos que se le presentan a esta institución.
En los planes se encuentra la posibilidad de cambiarse de edificio y así abandonar el sótano.
Eso posibilitaría tener una exhibición con guion museográfico y zoológicos de insectos.
“A la gente le gusta mucho ver insectos vivos, incluso tocarlos. Esa es una línea muy interesante para desarrollar en el museo”, dijo Aguilar.
Para celebrar su aniversario, a partir de hoy y hasta el jueves se realizará un simposio sobre insectos que tiene como invitados especiales a Madison Lee Golf, quien es el director del Programa de Ciencias Forenses de la Universidad Chaminade, en Honolulú (Hawái), y Nathan Erwin, director del Parque Zoológico de Insectos Orkin del Museo de Historia Natural del Instituto Smithsonian, en Washington (Estados Unidos).