Las fiestas en el autódromo La Guácima, en Alajuela, son la otra cara de lo que fue Zapote durante muchos años: limpias, ordenadas, seguras y con buen ambiente.
Aquellas deplorables escenas de caños y aceras atestadas de basura y visitantes apretujados en callejuelas estrechas y malolientes quedaron en el pasado. Al menos, así lo constatéel pasado lunes 25 en una visita de cinco horas y media.
Desde el ingreso al autódromo de 270.000 metros cuadrados (que, por cierto, costó llegar porque no hay rótulos que guíen al visitante) percibí un ambiente fiestero sano, con áreas específicas para los juegos mecánicos, las ventas de comidas, el megabar y el redondel.
En cuanto a los juegos, este redactor solo aguantó subirse a dos: al barco pirata y al kamikaze. A este último salí con el estómago revuelto y con un fuerte dolor de cabeza. Recomendado para amantes de la adrenalina.
Treinta minutos después y cuando un chicle de menta había paliado los mareos y demás males, me fui a comer unas carnitas de res con cebolla y chile dulce, un chop suey y unos elotes. Sí, lo reconozco: estaba con hambre y me dí buen gusto, puesto que las ventas de comidas me inspiraron confianza.
Luego, en otro local me tomé varias gaseosas y un par de botellas con agua bien frías, mientras a mi lado dos “pseudovaqueros” saciaban su sed con un par de “águilas”.
Ya con el estómago y el espíritu bien alentaditos, decidí comerme el postre: unos churros rellenos con dulce de leche. ¡Para chuparse los dedos! ¿Y mi dieta de fin año?.. muy bien gracias, y usted.
Para cerrar con broche de oro quise “tirarme” una corrida de toros, pero el redondel no estaba listo. La razón: la mitad de los trabajadores no llegó porque, según me dijeron, se enfiestaron la noche anterior. ¡Qué vaina!, y yo que había publicado que el redondel estaría listo desde el 22. Los organizadores se deshicieron en disculpas y prometieron tenerlo listo para las corridas de ayer martes.
Uno de ellos, Allan Rivera, me contó además que los toreros improvisados recibirán un premio de ¢1 millón, el cual deberán repartir en varias categorías. Además, la organización le proporcionará transporte desde San José y comida.
Con esta promesa bajo el brazo emprendí el regreso a San José, con la satisfacción de que, por primera vez, los costarricenses tenemos un lugar masivo muy decente para pasarla bien en estos días de fin y principio de año.