Niña de Aserrí vive pesadilla en clases por su color de piel

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Las constantes burlas y agresiones que una niña de 13 años recibe de parte de sus compañeros en la escuela, la llevaron a “bañarse” en talcos para disimular su color de piel.

Así lo relató su madre, de apellido Gutiérrez, vecina de Aserrí.

La menor, quien cursa quinto grado en la escuela Manuel Hidalgo Mora, es víctima de ataques desde que entró a primer grado.

Algunos compañeros la atormentan con frases racistas y despectivas por su color de piel y su estatura, lo que la ha afectado de forma significativa.

“Ella tiene el autoestima muy baja, no acepta que es negra. Una vez, antes de irse a la escuela, me percaté que iba repleta de talco para, según ella, verse blanca. El que los niños le hayan dicho tantas veces ‘¡oh negra!’ con desprecio, se le ha dado mucho”, comentó su abuela, de apellido Rivera.

El maltrato verbal que sufre la menor es tan grave que ella no quiere asistir a paseos escolares y se niega a ir a clases, al punto que llora en la puerta de la escuela.

“A ella le cuestan mucho las materias y con esta situación peor. Es por eso que se ha quedado dos veces. En la escuela es una niña muy solitaria, cuando llega a la casa entra con mucha rabia y se desquita con todo el mundo, hasta dormida se pone a pelear y a llorar”, añadió su abuela.

La maestra de la niña, Yorleny Ramírez, explicó que los docentes tienen muchas limitaciones a la hora de actuar con los niños.

“Ahora el acosado y el que no tiene derechos es el maestro. Hacerles una acción correctiva a los agresores implicaría que los padres puedan denunciarnos”, dijo Ramírez.

La educadora aseguró que recurre el diálogo para tratar de que respeten a la menor, al punto que ha hablado con los padres de quienes la insultan.

“Algunos padres acatan la recomendación de corregir a los niños, a otros les es indiferente y unos se enojan y lo tratan a una de mentirosa”, enfatizó la docente.

Otra hija afectada. Los insultos y maltratos que recibe esta niña de 13 años no son el único dolor de cabeza de su madre.

Su otra hija, de 7 años y quien cursa segundo grado, también es víctima de agresiones por parte de algunas compañeras.

“Este grupo de niñas constantemente le sube la enagua a mi hija y la deja en ropa interior. Le pegan, le quitan la merienda y la plata. Dos veces he tenido que llevarla a emergencias pues sus compañeras le meten borradores en los oídos”, comentó la madre.

Gutiérrez intentó buscar una solución pero dijo que nadie en la escuela le ayudó. Ahora valora cambiar a sus hijas de escuela.

“La maestra de mi hija menor encontró la ‘opción’ de alternar las salidas al recreo entre los niños para que no se encontraran”, relató la madre.

Sobre esto, Ligia Bermúdez, maestra de la menor, se limitó a indicar, de forma cortante, que está enterada del caso y que lo trata de resolver manteniendo a la niña alejada de las compañeras.

Por su parte, la directora del centro educativo, Anabelle González, adujo estar muy ocupada y que atendería las consultas de este medio “en 15 o 22 días”.

La abuela lamentó que las maestras no eviten los maltratos que ocurren durante el recreo. “Sabe Dios que otras cosas les harán”, afirmó la familiar.