La comunidad de Nueva Cinchona, en Cariblanco de Alajuela, está cerca de abrir su vía de ingreso y reunir de nuevo a los pobladores que perdieron sus casas por el terremoto del 8 de enero del 2009.
A finales de diciembre se cumplirán los 75 días que fijó la Comisión Nacional de Emergencias (CNE) como meta para terminar la construcción de las 93 viviendas y las obras de infraestructura.
No obstante, pese a los grandes avances que ahora muestra el proyecto, la Municipalidad de Alajuela aún tiene pendiente la aprobación de los permisos de construcción.
Así lo afirmó la vocera del municipio, Jéssica Chaves.
“Los permisos están en trámite, hay que ponerles un poco más de cuidado, ya que no queremos que las casas vuelvan a verse afectadas”, manifestó Chaves.
Tras varias llamadas telefónicas, no se logró contactar al alcalde de Alajuela, Humberto Soto.
Mientras, la presidenta de la CNE, Vanessa Rosales, reconoció que no cuentan con las autorizaciones, pero justificó esta carencia al decir que, por tratarse de un plan de emergencia, se usa un procedimiento de excepción en el plazo para entregar los documentos.
“Tenemos toda la voluntad de cumplir con los requisitos sin atrasar el desarrollo del proyecto, cubierto por el régimen de excepción de nuestra Ley de Emergencias. Ya hemos hecho todas las gestiones”.
Sin embargo, la Cámara Costarricense de la Construcción (CCC) refuta la posición de la CNE.
“En un proyecto público con mucho más razón se requieren los permisos de construcción, ya que así se garantiza que las obras se realicen con las condiciones técnicas requeridas”, dijo Randall Murillo, director ejecutivo de la CCC.
“Un proyecto, por más público y de emergencia que sea, debe contar con sus permisos”, agregó.
Asimismo, Murillo criticó la “falta de organización que caracteriza a las instituciones públicas” para actuar ante una emergencia.
El proyecto de Nueva Cinchona se edifica en un terreno de 600 hectáreas, valoradas en ¢500 millones.
El traslado de las familias a esta nueva comunidad se realizará apenas finalicen los trabajos, aunque la fecha está en duda.
Para ello, los beneficiarios recibirán un acompañamiento por parte un comité interdisciplinario que trabaja con la Comisión.
Según la CNE, el costo total del proyecto es de ¢3.100 millones.
Herbert Wedel, director del proyecto e ingeniero de la empresa adjudicataria, Facoli-Dent, explicó que el equipo de trabajo se organizó por cuadrillas para agilizar las labores en cada parte del plan.
“Hay cuadrillas especializadas pasándose de casa en casa”, declaró el ingeniero.
Wedel también comentó que en el inicio de la construcción se tenía la capacidad de levantar tres casas por día, pero el ritmo fue bajando conforme pasaron los días.
“A veces los empleados tienen que salir o se enferman y por eso el ritmo de construcción no tiene esa velocidad”, explicó Wedel.
Sobre la infraestructura (tuberías y calles), el ingeniero Édgar Granados de la empresa a cargo, Albosa, dijo que resta instalar ductos para aguas negras y pluviales.
Granados afirmó que esta semana se instalará el servicio de agua potable, para luego iniciar la construcción de aceras y calles.