Si al hacer alguna transacción a partir del próximo lunes 30 de setiembre le dan de "vuelto" una moneda de ¢100 o de ¢25 de color dorado, no se asuste, se trata de las nuevas monedas que pondrá en circulación el Banco Central.
En la última semana de octubre también topará con monedas de ¢10 y ¢5 color dorado, pues están cubiertas de un material compuesto por cobre y estaño, y el otro año comenzarán a circular las de ¢50 hechas del mismo material. Todas son de acero.
En cuanto a los billetes de ¢100 y ¢50, una buena opción es guardar alguno de recuerdo o para colección, pues la idea es sustituirlos completamente por el nuevo dinero.
Según explicó el gerente del Banco Central, Carlos Muñoz, el propósito es evitar el alto costo de la emisión de billetes, los cuales tienen gran circulación y un período de vida corto. Este es el caso de los de ¢100 y ¢50, que los costarricenses usan cada vez más.
La idea es dejar una sola familia de monedas que sean múltiplos perfectos de 5, es decir, de ¢5, ¢10, ¢25, ¢50 y ¢100. Por eso no se consideran las de ¢2 y ¢20.
Según Muñoz, las de ¢2 casi no se usan porque ahora prácticamente no se consiguen cosas que cuesten menos de ¢5; además, las necesidades que existan de monedas de ¢2 se pueden atender con monedas de ¢1.
Y en lugar de las de ¢20 se ponen a circular las de ¢25 con un costo de acuñación igual.
Las nuevas monedas de ¢100, ¢50, ¢25, ¢10 y ¢5 pesarán 9, 8, 7, 5 y 4 gramos respectivamente.