Hace más de 60 años, la periodista y artista Olga Espinach Fernández (1918-2009) reparó en los niños pregoneros descalzos que vendían los diarios. Ella tomó los pliegos de papel periódico en blanco y se los dio a los chicos para que pintaran mientras esperaban a que salieran los ejemplares que debían repartir.
Este fue el momento cuando la casualidad tropezó con la vocación: la ansiedad de los niños por aprender más la impulsó a crear un sitio para enseñar las artes plásticas a las personas con menos recursos económicos.
Esta artista, periodista y promotora cultural murió ayer, viernes, a sus 91 años de edad.
Sin duda, la gran obra de su vida fue la Escuela Casa del Artista, centro de enseñanza que se mantiene muy activo y robusto.
“Siempre me han gustado los niños, y siempre disfrutaba darles clases a aquellos que llegaban descalzos y con sus pantaloncillos cortos”, recordó la maestra en una entrevista que mantuvo con La Nación el año pasado.
Vena artística. Desde joven, Espinach Fernández tuvo una relación estrecha con las artes. Estudió danza y llevó clases de maquillaje y modelaje en Nueva York. También se formó como periodista en Nueva Orleáns, profesión que regresó a ejercer en Costa Rica en 1945.
Un año después, en octubre de 1946, Espinach fue contratada como periodista de Cultura en La Nación . Fue en esta época cuando la joven redactora dio con su vocación de maestra.
“En La Nación comencé con seis muchachitos de muy bajos recursos. Les daba café y pan. Vi que permanecían desde las cinco de la tarde hasta las cuatro y media de la mañana en los talleres de tipografía”, recordaba la pintora.
Obra de una vida. La Casa del Artista nació como una iniciativa de Espinach, primero con el apoyo económico de su padre y filántropo, Viriato Espinach. Luego, en 1951, se convirtió en una iniciativa adoptada por el Ministerio de Educación Pública y hoy funciona al cuidado del Museo de Arte Costarricense.
El concepto de una casa donde se reunieran los artistas plásticos lo trajo la pintora nacional Lola Fernández desde Colombia. Ella, junto con Luisa González de Sáenz, Víctor Manuel Bermúdez, Fernando Luján, Humberto Castro Saborío, Fernando Centeno Güell, Arnoldo Herrera y otros creadores e intelectuales de la época, ayudaron a Espinach a forjar el proyecto.
Luego de mudarse varias veces, la Casa del Artista se localiza hoy –y desde 1995– en el Centro Cultural del Este, en Guadalupe.
Entre los artistas que pasaron por sus aulas se cuentan Rafa Fernández, Fabio Herrera, Rudy Espinoza y Adolfo Siliézar.
El grabador y pintor Juan Luis Rodríguez también fue alumno de la escuela. Él afirma que el amor de Espinach –y de muchos otros pioneros– por el arte hizo posible que nacieran tantos trabajadores de la cultura, quienes han mantenido esa “estela de continuidad”.
El artista se esperanza: “Se muere una de nuestras inteligencias, pero estamos sus seguidores, formados en esta institución”.