Muchos lo conocen como "un pueblo para hacer amigos"; otros, por las constantes referencias natales de un candidato presidencial en los comicios electorales de este año.
Lo cierto es que en la sección occidental del Valle Central está Palmares, un valle colmado de palmas y... de muchos retos.
Actualmente, proteger los mantos acuíferos es una de las principales encomiendas de los palmareños, quienes han contemplado la deforestación en la sección de los Montes del Aguacate que les pertenece.
Hoy, en Palmares, las nacientes que nutrían los acueductos rurales ya no dan el agua necesaria para abastecerlos, y se ha llegado a la necesidad de perforar cada vez más pozos en busca de ese "oro azul".
No obstante, conscientes de que, si no se hace algo para recuperar los bosques de los Montes del Aguacate, los pozos también perderán su caudal, los habitantes de este cantón alajuelense han creado la Fundación Madre Verde.
Madre Verde se fundó en febrero del 2000, mas la iniciativa nació en 1999 cuando un grupo de vecinos del distrito La Granja se enteró de que un lote de gran extensión y donde había varias nacientes de agua, iba a ser vendido para parcelarlo.
Comunidad "despierta"
Las protestas no se hicieron esperar, y entonces se acudió a todas las fuerzas de las comunidades vecinas para alertarlos del problema. Grupos juveniles, pensionados, educadores, niños y hasta organizaciones religiosas respondieron con entusiasmo.
En julio del 2000, Madre Verde compró una finca de 40 hectáreas, adquirida a ¢49,2 millones, de los cuales aún se adeuda la mitad.
Esa compra fue posible gracias al financiamiento de casi 300 colaboradores de la comunidad mediante aportes de ¢50.000 por persona o familia (pagados de la manera en que estas puedan).
Se contó además con la participación de la Asociación Cívica Palmareña, la Cooperativa de Ahorro y Crédito de Palmares, y de algunas cafetaleras que operan en el Cantón.
También han hecho su aporte la Universidad de Costa Rica y la Universidad Nacional, en estudios y asesorías; el Ministerio de Ambiente y Economía (MINAE), en aspectos técnicos, y el Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG) y Acueductos y Alcantarillados (AyA).
Acciones no discursos
En palabras del director administrativo Gerardo Araya, "Madre Verde se creó para promover políticas y acciones orientadas a favorecer la recuperación del bosque y de los otros recursos asociados en la región sudeste del Monte del Aguacate, y esto es precisamente lo que está haciendo".
Asimismo, la presidente ejecutiva, Sonia Chaves, representante ante la Municipalidad de Palmares, asegura que la Fundación Madre Verde promueve una vida en armonía con la naturaleza, y no sólo la recuperación de los mantos acuíferos de la zona, aunque ciertamente esta es su prioridad.
Para un estudiante del Colegio de Palmares, Luis Armando Vargas, los jóvenes de secundaria también han colaborado con la reforestación de la finca. Según la orientadora Rosa Vásquez, hay un grupo numeroso de jóvenes que realiza su trabajo comunal al servicio de Madre Verde.
Hay además otro grupo, de 20 mujeres, que hacen tareas para "conquistar" nuevos donantes y desarrollan algunos proyectos ecoturísticos.
Los artistas palmareños también colaboran. Recientemente, Antonio Varela, exintegrante del dúo de guitarras Manú, grabó un disco titulado Bosque y cuerdas , que incluye 12 composiciones, como Amanecer , Sendero trogones , La guaria morada , Tambito y Bosque lluvioso .
Este disco compacto cuesta ¢5000. Por cada ejemplar que se vende, la Fundación Madre Verde recibe un cinco por ciento.
"Afortunadamente, muchos ticos han respondido a esta petición; así, la fundación se ha planteado innovadoras propuestas, como desarrollar proyectos de investigación y de educación ambiental, tanto en los terrenos recuperados como en las comunidades aledañas", recalca su director administrativo.
Fomentar el agroconservacionismo y desarrollar el ecoturismo de manera racional y sostenible para crear fuentes de subsistencia en las comunidades involucradas, son otras de las alternativas que se conciben, pero aún requieren de una planta física para realizarlas.
Según destacan Chaves y Araya, se trabaja en la búsqueda de financiamiento para la ejecución de tres proyectos específicos: uno de manejo de la finca adquirida, otro de agroecoturismo, y el tercero de construcción de una edificación para oficinas y para atender a los visitantes.
El proyecto más próximo se iniciará a finales de febrero, cuando se inicie una campaña para evitar la contaminación por basura que se va a los ríos, y cuando se instale un centro de reciclaje en el distrito central .
"Pensamos que, dentro de 30 ó 50 años, contaremos con una reserva biológica de entre 500 y 1.000 hectáreas, con salas bien equipadas para los servicios de educación e investigación ambiental. No obstante, por su naturaleza, es un proyecto que debe continuarse en el tiempo. De allí la gran importancia de la educación ambiental para darle sostenibilidad", concluyó Sonia Chaves.