El calendario del 2005 se cerrarápara el presidente Abel Pacheco con un aire de informe hospitalario. Contendráuna dolencia cardiaca de tres días, un plan fiscal en urgencias y un TLC con prolongada estadía en sala de espera.
Se le suma aquella fatídica mañana y peor frase de "no hay que buscar pelos en la sopa", apenas cuando el humo comenzaba a dejar ver la tragedia del incendio en el Calderón Guardia.
Y no faltarán el antídoto del "humor" contra las críticas por regalos presidenciales. Tampoco la terapia de frases ocurrentes complementadas con la filosofía del " take your time ", la frase que la estrategia de Gobierno sobre el TLC con Estados Unidos recibió como una bendición de Mr. Bush , alláen tierras argentinas.
Para rematar, estála "renuncia" del empresario inmobiliario español que Pacheco había nombrado como cónsul tico en Sevilla, durante una de sus tres estadías en la capital andaluza.
Así se escribió el último año-calendario de Abel Pacheco como mandatario, presente en las noticias más por sus palabras y anécdotas que por sus actos.
"Estilo Pacheco". El año empezó para Pacheco con la presión de dos grandes sectores opuestos por el futuro del TLC entre Centroamérica y Estados Unidos.
El mandatario expresó dudas sobre su conveniencia y, tras un informe de "notables" y muchas frases ocurrentes, decidió enviarlo el 21 de octubre al Congreso para su ratificación. Definitivamente, él se tomó su tiempo.
Menos parsimoniosa fue su actitud con el plan de reforma fiscal. En este proyecto, los que se tomaron su tiempo fueron los diputados, al punto de que hace dos semanas Pacheco admitió que "ve la cosa fea" para el plan y pidió a a los ticos sabiduría para escoger mejores diputados en las próximas elecciones.
Uno de los principales cuestionamientos surgió cuando viajó invitado con todo pago a inaugurar el lujoso proyecto turístico Cap Cana, en República Dominicana, donde le obsequiaron una membresía vitalicia.
El costo de esos bienes excedía el tope establecido por la Ley de Enriquecimiento Ilícito , propuesta por él mismo. Tras la denuncia, devolvió la membresía y, molesto por la noticia, hasta rechazó una bolsita de maní en un vuelo (en clase económica) del 31 de mayo, hacia una reunión en Guatemala. Sus colegas del istmo lo apodaron el Ceniciento.
Pacheco sella así su 2005 en el punto más bajo de su popularidad, pero aferrado a sus dichos y su humor, que él mismo califica como su antídoto para el estrés.