La mamá de Paco y Lola no amasa la masa; ella prefiere dibujar.
Hace casi 50 años, Ondina Peraza creó, junto a Emma Gamboa, este par de personajes que nos enseñaron cuentos, cantos y palabras.
Paco y Lola, la Cucarachita Mandinga y el Muñeco de Maní, aparecieron por primera vez en aulas y librerías en 1958. Inmediatamente se convirtieron en el primer libro de lectura obligatorio para todas las escuelas de nuestro país. Por eso, cuatro años más tarde ya se habían hecho seis reediciones.
"Paco y Lola se parecían bastante a los niños de nuestro país, jugaban los mismos juegos y recitaban las mismas rondas, quizás por eso gustaban tanto", cuenta la niña Ondina, que vive en una casa sin ventanas en Sabanilla.
En la década de los setenta y sin decirle nada a Ondina, la librería Lehmann cambió las ilustraciones del libro.
"Los primeros dibujos fueron creados al mismo tiempo que se escribía el libro y, para hacerlos, tuve que estudiar y aprender mucho. Eran dibujos simples, sin tanto adorno ni tanta alharaca, que servían de apoyo al texto y no distraían a los niños. Los nuevos textos de enseñanza puede que sean bonitos también, pero no son pedagógicos", asegura.
Cuando era niña de verdad
La niña Ondina empezó a dibujar cuando era una niña de verdad. Nunca antes había hecho garabatos, ni había tenido libros para colorear. "Tenía cuatro años y, de una vez, comencé haciendo paisajes y retratos y, aunque era tan chiquita, me salían bastante parecidos. Entonces mi familia comenzó a chinearme. En todas las fiestas me ponían a dibujar. En esa época les hice retratos a todos los amigos de la casa".
Ella nació en Alajuela, pero se crió en Santa Cruz de Guanacaste. Cuando su padre murió, su madre vendió la finca y el ganado y se trasladó, de nuevo, al Valle Central.
De la vida en el campo, a Ondina le quedaron el amor por la naturaleza y el color verde.
"En la escuela, los cuadernos tenían un espacio especial para hacer ilustraciones. Después, cuando esos cuadernos dejaron de existir, los márgenes de mis libros se llenaron de dibujos. Ya, en la facultad, cuando las clases estaban muy aburridas, yo empezada a mirar a todos lados a ver si descubría a una compañera dormida o a alguna que estuviera haciendo un gesto raro. Entonces las retrataba y, cuando llegaba el recreo, les regalaba las hojas y ellas se sentían todas avergonzadas".
Cuando Ondina se graduó del Liceo de Señoritas, tuvo que escoger entre el magisterio y el dibujo, pero esa decisión se le hacía imposible.
"Mi mamá quería que yo, de una vez, me metiera a estudiar arte, pero yo preferí entrar al magisterio. Un poco por tradición y, además, porque los chiquillos me encantan. Total, pensé, son dos años de carrera y, después, cuando ya tenga un trabajito, me puedo dedicar a ser artista, que es mucho más difícil y a veces no deja para vivir".
Pero el tiempo es travieso y Ondina pudo ganarse la vida como artista mucho antes de lo que esperaba. "Ya me faltaba poco para terminar la carrera y una de las profesoras de arte se retiró. Doña Emma Gamboa me fue a buscar para ofrecerme el trabajo. Así, fui maestra y alumna a la vez. La mitad del tiempo tomaba los apuntes y la otra mitad los dictaba".
Y ese fue el empujón que le hacía falta a Ondina para dedicarse de lleno a la pintura. Apenas se graduó de maestra se inscribió en la entonces recién fundada Facultad de Bellas Artes de la Universidad de Costa Rica.
Francisco Amighetti, Margarita Bertheau, Lola Fernández y Carlos Salazar Herrera fueron sus profesores, y también sus amigos.
Paco y LolayZurquí
El cariño y la admiración entre Emma Gamboa y Ondina Peraza habían existido siempre, pero se hicieron mucho más fuertes cuando, en 1958, editaron, por primera vez, Paco y Lola, e l libro que a través de los años le ha enseñado a leer a miles de niños costarricenses.
Emma Gamboa fue una reformadora de la educación costarricense. Fue ministra de esa cartera en el gobierno de Otilio Ulate (1949-1953) y entre sus logros está la incorporación de la Escuela Normal a la universidad, para que los maestros recibieran una formación profesional.
"Hoy en día, hay quienes dicen que el Paco y Lola es machista. Lo critican mucho y puede que tengan razón. Pero, si la sociedad tica era machista y nosotras queríamos reflejarla, no podíamos ponernos a inventar otra cosa. Además, las cosas antes eran así y nadie se las cuestionaba. Que yo recuerde, mi mamá amasaba la masa para hacernos el pan. Y yo siempre trabajé fuera de casa, pero de vez en cuando, cuando quiero comerme unas empanaditas, también amaso".
Ondina cuenta que este libro de lectura tuvo que vencer muchos escollos, aún antes de que la conciencia de género se impusiera en nuestra sociedad.
"Siempre fue controversial, porque al principio a la gente no le gustaba. Era un libro muy avanzado. Era un método muy novedoso el que proponía doña Emma. Los niños dejaban de deletrear y, de una vez, aprendían sílabas y palabras. Era un método moderno que se usaba en todo el mundo y que adaptamos a Costa Rica. Pero no fue fácil, encontramos mucha resistencia porque había quienes preferían seguir haciendo lo mismo de siempre".
Años después, cuando Paco y Lola ya se vendía como pan caliente, Ondina fue, también, la primera ilustradora del suplemento Zurquí de La Nación .
Durante 48 años, Ondina trabajó en la Facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad de Costa Rica. El semestre pasado, decidió pensionarse.
"Desde aquel curso que di cuando era estudiante, hasta hace seis meses, nunca dejé de trabajar. Las maestras de San Carlos y las de Golfito, las liberianas y las josefinas, todas, han pasado por mis aulas y compartido mis secretos. Porque yo todo lo comparto y todo lo cuento, menos mi fecha de nacimiento, que, a estas alturas, mejor me la guardo".
Y es que ahora, la niña Ondina ya no es una niña, pero pinta y se divierte igual que cuando era pequeña.
En pocos trazos
Nombre: Ondina Peraza Barrientos.
Estudios: Educación Primaria y Bellas Artes.
Además del Paco y Lola ha ilustrado más de 30 libros de texto.
Ha escrito una docena de publicaciones sobre ciencias, poesía, cuento y artes plásticas.
Realizó varias exposiciones colectivas.