Múnich. Pelé, Claudia Schiffer y más de cien campeones del mundo de todos los tiempos abrieron hoy el Mundial de fútbol de Alemania 2006, con una ceremonia de inauguración en la que finalmente faltó el argentino Diego Maradona.
El presidente de Alemania, Horst Koehler, dio por inaugurado de manera oficial el campeonato tras dar la bienvenida al mundo en cuatro idiomas diferentes.
"Bienvenidos en Alemania", dijo en un mal español el dirigente, flanqueado por el presidente de la Federación Internacional de Fútbol Asociado (FIFA), Joseph Blatter, y el del comité organizador, Franz Beckenbauer. Como estaba previsto, ninguno de los dos habló.
Más de cien campeones del mundo fueron invitados por la FIFA para participar en el arranque del torneo. La mayoría llegaron en los últimos días y fueron agasajados por la ciudad de Múnich, que hoy los vio de nuevo sobre un terreno de juego.
La gran ausencia fue de nuevo Maradona, cuya presencia había anunciado la FIFA. El argentino, poco amigo de los actos oficiales, no se dejó ver en el Allianz Arena junto a viejos compañeros como Nery Pumpido o "Negro" Enrique o compatriotas como Mario Kempes y Osvaldo Ardiles.
Junto a ellos, estaban otros campeones de todos los tiempos, como Jairzinho, Jack Charlton, Berti Vogts o el mismo Pelé.
La tradición bávara y la modernidad de Berlín se mezclaron hoy en la ceremonia de apertura, previa al partido entre Alemania y Costa Rica.
Con puntualidad germana, justo a las 16:23 hora local, un grupo de 182 tamborileros del sur de Baviera llenaron el campo del Allianz Arena tapando los gritos de los hasta ese momento bulliciosos hinchas alemanes y costarricenses.
Látigos, campanas y tradicionales trajes de cuero se extendieron por encima de la lona verde que cubría el campo por el que más tarde transitarían anfitriones y "ticos".
De repente, el campo se transformó en un mar rojo y la música bávara cesó, sustituida por el pop del grupo berlinés Seeed, al ritmo del que bailaron 20 jóvenes de estética hip-hop.
Los tambores volvieron al campo, pero esta vez tocados por seis grupos que simbolizaban las confederaciones de la FIFA: "El mundo entre amigos".
La Copa hizo entonces su aparición. Pelé, tres veces campeón del mundo, la portaba, y junto a él, la mejor embajadora alemana: la antigua topmodel Claudia Schiffer, reconvertida en relaciones públicas con motivo del Mundial.
Tras el discurso del presidente, todos regresaron al campo. Bávaros, bailarines y campeones, todos juntos participaron de la fiesta final de música y color que Alemania quiere para su Mundial: "A time to make friends" (Un momento para hacer amigos).