LIMA (AFP) En medio del dolor, los restos de los nueve estudiantes y un profesor de la Universidad La Cantuta, asesinados en 1992, fueron enterrados este sábado por sus familiares, 16 años después de que un escuadrón militar perpetrara el crimen por el que se juzga al ex presidente peruano Alberto Fujimori.
Los ataúdes, que fueron velados el viernes en la Universidad La Cantuta, 50 km al este de Lima, fueron llevados en hombros por sus familiares y los estudiantes hasta el cementerio El Ángel.
El director de la Asociación Pro Derechos Humanos (Aprodeh), Francisco Soberón, recordó que cuando se descubrieron estos hechos "parecía inimaginable" que se hiciera justicia, al tiempo de destacar "la perseverancia de los deudos para no dejar impune estos crímenes".
"Recordamos los 16 años con esperanza y aliento, con algunos avances en acceso a la justicia con la condena a los miembros del escuadrón militar llamado Colina y en perspectiva con la del ex presidente Fujimori y su asesor Vladimiro Montesinos".
De las diez víctimas sólo seis pudieron ser identificadas por los forenses, y de las restantes cuatro sólo quedan algunas osamentas, imposibles de identificar, según Aprodeh.
Los familiares de los asesinados recién el miércoles recibieron los restos tras la orden de la juez Inés Villa Bonilla. Los cuerpos fueron sepultados sin identificación en 1996 y exhumados por decisión judicial en 2007 para ser llevados y sometidos a exámenes forenses en Francia.
Fujimori, quien gobernó de 1990 a 2000, es sindicado como autor intelectual de esa matanza, y de otra cometida en 1991 en el vecindario de Barrios Altos, donde fueron asesinadas 15 personas -entre ellas un niño- durante los años más duros de la guerra interna contra la agrupación maoísta Sendero Luminoso.
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