Con mucha satisfacción Pilar Aguilar, pianista costarricense, regresó semanas atrás de una gira de cinco conciertos que ofreció entre España y Francia.
Ella se presentó junto a su hija y violinista Grace Marín Aguilar, quien actualmente reside en Palma de Mallorca, España.
Juntas interpretaron un programa que incluyó principalmente obras costarricenses de autores contemporáneos y algunas españolas en un programa especial.
Las costarricenses ofrecieron su talento en Palma de Mallorca en un cuartel castillo, en el Auditorio del Conservatorio Superior de Música de las Islas Baleares y en el Auditorio de la Academia de Bellas Artes de Sabadell en el marco del Festival de Música de Sabadell.
Además dieron un recital en la ciudad de París en el Monumento de los Inválidos en el Grand Salón del Hotel des Invalides, donde se encuentran los restos de Napoleón.
Según explicó Aguilar, los conciertos estuvieron organizados por la Embajada de Costa Rica en París, el Ministerio de la Defensa de España, la Academia de Bellas Artes de Sabadell-Barcelona y el Conservatorio Superior de Música de las Islas Baleares.
En sus presentaciones Pilar Aguilar y Grace Marín interpretaron las composiciones Romanza de Julio Fonseca, Canción de cuna de Ismael Cardona, Cuatro miniaturas de Eddie Mora, Habanera de Benjamín Gutiérrez, K 509 para piano solo de Luis Diego Herra, Preludio y tango de Marvin Camacho que fue un estreno y la Sonata de Carlos Escalante.
De la cosecha de la pianista ejecutaron E vocación N°3 y N°4 , Nocturno N°2 , Remembranzas -obra para mano izquierda- y Aires nicoyanos que también fue un estreno.
Para recordar. Las visitas al extranjero no son algo desconocido, en el 2006 visitó México acompañada de su hija violinista.
En esa ocasión tocaron únicamente obras de Aguilar invitadas por la embajada tica.
De esta nueva visita quedaron varios recuerdos, pero según comentó la pianista hay una anécdota digna de contarse.
Durante el concierto que ofrecieron dedicado al Ministerio de la Defensa en Palma de Mallorca en el cuartel castillo, todos los miembros del ministerio, militares de carrera, dejaron sus tradicionales uniformes y llegaron vestidos con traje y corbata.
Cuando Pilar preguntó la razón la respuesta que le ofrecieron es que fue la manera en que decidieron de rendirle tributo a Costa Rica por ser ejemplo para el mundo al ser un país sin ejército .