Fuertes penas carcelarias contra dos estudiantes universitarios costarricenses y tres colombianos, por su presunta vinculación con una organización narcomafiosa internacional, pidió ayer el representante del Ministerio Público, Daniel González, al Tribunal Superior Penal de Goicoechea.
Se trata de los limonenses Dennis Wetnei Brack y Stanley Brooke Hocy, a quienes el fiscal de juicio recomendó imponer 10 años y medio de prisión --a cada uno-- por el delito de tráfico internacional de cocaína.
Los otros acusados son Héctor Camelo Méndez, Fernando Osorio Sifuentes y Ramiro Núñez Castillo, contra quienes solicitó una condena de 15 años de reclusión por el mismo delito.
La petitoria de González se produjo a las 4:23 p.m., luego de tres días de debate durante los cuales agentes de la Sección de Estupefacientes del OIJ aportaron pruebas para incriminar a los sospechosos con el trasiego de drogas entre Costa Rica y Europa.
De los seis acusados, solo Alexánder Mc Gregor Joseph fue beneficiado por falta de pruebas y, por eso, el fiscal pidió absolverlo de toda responsabilidad.
De acuerdo con pesquisas policiales, una organización jefeada por colombianos, detectada a principios de 1996, ofrecía fuertes sumas de dinero a estudiantes universitarios para llevar cargamentos de cocaína hasta Holanda y Alemania.
Wetnei y Brooke supuestamente aceptaron el negocio y se prepararon para un viaje que realizarían el 7 de junio del año anterior hasta Sttugart, Alemania, donde debían entregar a narcotraficantes de ese país dos maletas en las cuales ocultaban aproximadamente 20 kilos de cocaína.
Los planes de la banda fueron truncados tras la intervención de oficiales del OIJ, quienes detuvieron a los nacionales y encontraron droga y utensilios empleados para su trasiego en los apartamentos donde vivían.
Al comparecer ante los jueces superiores, los universitarios dijeron haber sido utilizados por los colombianos y negaron haber sido informados acerca de la existencia de cocaína oculta entre las maletas que debían llevar a Europa.
"Cometí la mayor torpeza de mi vida", había dicho Wetnei al Tribunal.
Su declaración no convenció al fiscal González, quien afirmó: "No fue una confesión sincera."
La cocaína, de alta pureza, era traída desde Colombia hasta Panamá y de allí, vía terrestre, a San José donde era escondida en unos apartamentos situados en Sabanilla de Montes de Oca.