Para quienes a la hora de salir a comer les agrada un lugar privado, pero sin ir muy lejos de casa, Rincón Poeta, en San Ramón, es el lugar adecuado.
Ubicado en el centro de la ciudad, sin verse desde la calle, este restaurante, con siete meses de existir, se ha convertido en el punto de reunión de jóvenes y adultos que buscan un sitio para comer y pasarla bien.
De lunes a domingo quienes lo visitan pueden disfrutar de su churrasco o carne de lomo. La especialidad de la casa son los mariscos —en platos fuertes— que se encuentran de ¢2.000 en adelante.
De esta forma, se puede disfrutar de unos nachos con abundante tomate, un filete mignon en salsa de hongos o una buena corvina en salsa de mariscos.
Para acompañar su estadía, el lugar le ofrece su peculiar coctel Rincón Poeta, de leche evaporada, anís imperial y baileys, o cualquier otra bebida, para acompañar, entre otros, a los ricos nachos del Rincón, que para gusto de los clientes son únicos, al igual que las bocas, bastante variadas.
Pero eso no es todo, el área de comidas cuenta con capacidad para 120 personas en 30 elegantes y rústicas mesas, además de la barra, que forman parte de una decoración llamativa para los clientes.
Arte. Con música que susurra los oídos y a media luz, el restaurante se ha convertido en una pequeña galería que alberga sabor y talento ya que los cuadros que ahí exhiben se renuevan cada mes y medio.
Los martes, el Rincón ofrece una noche de vídeos clásicos y los jueves pasa música en vivo con agrupaciones del cantón o de la zona, normalmente trova, jazz o música de saxofón. Esto también sucede algunos fines de semana.
Además del restaurante Rincón Poeta cuenta con una sala para la realización de eventos especiales con capacidad para 70 personas y además se puede contratar el servicio de alimentación. También cuenta con parqueo propio.
Como un escondite entre almacenes y el comercio, Rincón Poeta es cómplice de buenos momentos y de gastronomía bien cuidada.